Tengo celos que debo hacer para no tener estos síntomas

Tengo celos, una frase tan simple y sencilla pero que encierra una terrible consecuencia cuando no se la reconoce. Para muchas personas no es fácil reconocer que se es celoso-a incluso, creen que están en su derecho  al actuar de esa manera disfrazándola de un cuidado natural, en todo caso lo toman como que es algo propio de cada persona.

Cuando alguien siente celos o entra en ese mundo es porque se siente en desventaja ante su pareja, en si es algo que la persona no la percibe conscientemente ya que actúa su ego, ¿De qué forma? Pues de la forma más simple y eso es cuando siente que su territorio sentimental está siendo invadido, ¿Por quién?

Justamente ese es el peor de los celos y es el que hace que lo que en apariencia era seguro, pasa a ser inseguro y cómo no sabe por quién o por qué es que actúa de la forma más irracional que se pueda, asumiendo que lo que hace es lo mejor y en su derecho. Todo esto tiene un proceso en el cual, gira en torno a un supuesto y que no deja de ser molestoso e inquietante.

Tengo celos
Por qué se tiene celos

Ahora, ¿Qué pasa cuando se ha detectado al intruso-a o se cree que es el que piensa como también puede ser que ha visto una acción en el que participa «X» persona? Pues nada más y nada menos que se transforma en algo peor, ya que ahora tiene nombre. Hay casos en que siempre se piensa que es alguien en especial cuando ni siquiera hay una probabilidad de que sea cierto.

¿Tengo celos cómo funciona?

El poder de tener celos le da para pensar muchas cosas al mismo tiempo y siempre es para peor. Por lo general todo celoso-a siempre habla y mientras más lo hace es menos peligroso-a, hay que tomar en cuenta que cuando hay mucho escándalo es porque la otra persona se lo ha permitido, claro que esto se basa en que la persona que padece de celos no vea nada en concreto.

Para que alguien diga «Tengo celos» es porque está consciente de que ha perdido algo de si, al menos lo que creía que tenía y me refiero a lo que él o ella pensaba lo que era como persona, pero para que esto pase es porque la persona sabe que está mal pero no sabe cómo evitarlo aunque lo haya intentado.

Es imposible tener celos de todo aunque considere que todo es suyo incluso lo diga a voz en pecho. Solo se tiene celos de lo que se considera que es suyo pero que no tiene el poder de retenerlo, por lo tanto, la incapacidad de impedir que eso suceda es que lo hace sentir de menos ante cualquiera que crea que quiere llevarse lo que piensa que es suyo.

Hay hombres y mujeres que han tenido muchas relaciones y todas sanas pero, para «Desgracia» de él o ella aparece ese alguien que lo ve como algo muy especial y que es muy posible que inconscientemente crea que llegó para quedarse, cometen errores que antes no lo hacían porque ni siquiera se dieron cuenta que existía.

Tengo celos que evita

Dichos errores lo delatan delante de la persona que ha llegado y que es muy posible que sin ningún mal sentido, al delatarse la otra persona entra en un dilema al darse cuenta que es más de lo que esperaba, y muchas veces es tanto que se llegan a aburrirse o ponen a prueba hasta dónde puede llegar el «Amor» de la persona que se la ofrece sin darse cuenta de la forma cómo lo hace.

No pasaría nada si la persona ha madurado emocionalmente ya que con unas cuantas explicaciones y sensatez, cada quien por su lado o quedan como buenos amigos. Lamentablemente tiene que haber la inestabilidad emocional como para alguien diga «Tengo celos» o que actúe como un niño que reacciona con llanto y represalias porque ha perdido su juguete.

En este caso sería lo más sano para todos pero en la mayoría de los casos no sucede así, antes de tomar la decisión de aceptar que se ha perdido, han formado capítulos terribles y en algunos casos hasta sangrientos, todo por creer que uno es el dueño del destino de la pareja y que tenemos el derecho de tomar o dejar cuando nosotros creamos convenientes.

Aquí viene un dicho machista y que también le va para las feministas y dice «No es lo mismo que te dejen a que tú lo dejes primero» pienso que eso es lo que más molesta o sea ser dejados.

Ahora para los que sufren pero a lo macho «Celos, no los conocía hasta que te conocí»  que en este caso aceptan que perdieron y nada más. Recuerde  que usted ni ella es dueño-a de nadie por lo tanto si da amor hágalo pero sin pensar que tiene por obligación estar con usted, por otro lado prepárese.

¿Qué son los celos en la pareja?

Los celos en la pareja son un fenómeno emocional que puede afectar incluso a las relaciones más estables. Aunque son comunes, si no se gestionan adecuadamente, pueden deteriorar la confianza, generar conflictos y, en casos extremos, provocar la ruptura.

Pero, ¿de dónde surgen los celos? ¿Son parte de nuestra naturaleza desde que nacemos, o es un comportamiento aprendido a lo largo de la vida? Los celos son una mezcla de emociones que incluyen miedo, inseguridad y posesividad.

En las relaciones amorosas, los celos suelen manifestarse como el temor de perder a la pareja frente a un tercero, real o imaginario. Aunque en pequeñas dosis pueden parecer una muestra de interés o afecto, cuando se vuelven frecuentes y desproporcionados, dejan de ser saludables.

Los celos se activan cuando una persona siente que su relación está amenazada, ya sea por la presencia de otra persona o por el simple miedo de que su pareja pierda interés. Esta emoción puede generar pensamientos obsesivos, comportamientos controladores y discusiones frecuentes que afectan la dinámica de la relación.

¿Nacemos celosos o aprendemos a serlo?

Existen dos perspectivas principales sobre el origen de los celos: una que sugiere que son innatos y otra que defiende que son un comportamiento aprendido. Desde el punto de vista evolutivo, los celos podrían tener una base biológica.

Según algunas teorías, los celos surgieron como una respuesta instintiva para asegurar la supervivencia. En épocas primitivas, proteger una relación garantizaba que los recursos y los cuidados se mantuvieran dentro de la familia, aumentando las posibilidades de sobrevivir y reproducirse.

En este sentido, algunos expertos consideran que los celos podrían estar inscritos en nuestra naturaleza como una forma de proteger los vínculos emocionales y garantizar la exclusividad sexual o afectiva.

Además, ciertas reacciones emocionales innatas, como el miedo a ser reemplazado o abandonado, podrían ser universales en los seres humanos, lo que respalda la idea de que los celos tienen una base biológica.

Sin embargo, la teoría del aprendizaje sugiere que los celos son una conducta que se adquiere a través de experiencias personales y del entorno. La forma en que una persona vive sus relaciones durante la infancia y adolescencia influye enormemente en cómo experimenta los celos en la adultez.

Por ejemplo, crecer en un hogar donde los padres fueron controladores o celosos puede llevar a que se reproduzcan esos comportamientos en futuras relaciones. Los celos también pueden ser moldeados por la sociedad y la cultura.

En algunas culturas, los celos se ven como una señal de amor o compromiso, lo que refuerza la idea de que son normales o incluso deseables en una relación. Por otro lado, medios de comunicación y redes sociales pueden contribuir a crear expectativas poco realistas sobre las relaciones, alimentando la inseguridad y el miedo al abandono.

Factores emocionales y experiencias pasadas

Además de la influencia cultural y familiar, las experiencias traumáticas también juegan un papel importante. Por ejemplo, personas que han sufrido traiciones o engaños en relaciones anteriores pueden desarrollar una mayor predisposición a sentir celos.

La falta de confianza en uno mismo también es un factor crucial. Aquellos con baja autoestima o inseguridad tienden a ser más celosos, ya que sienten constantemente que no son suficientes para su pareja.

En estos casos, los celos funcionan como un mecanismo defensivo que busca protegerse del dolor emocional que puede causar el abandono o la traición. Sin embargo, este tipo de celos suelen ser irracionales y dañinos para la relación.

Afortunadamente, aunque los celos pueden tener tanto componentes biológicos como aprendidos, no son inevitables ni incontrolables. Con trabajo emocional y desarrollo personal, es posible manejarlos para que no interfieran en la relación.

Algunas estrategias útiles incluyen:

Hablar con la pareja sobre los miedos e inseguridades permite entender el origen de los celos y encontrar soluciones juntos.
Fortalecer la confianza en uno mismo ayuda a reducir la necesidad de validación constante por parte de la pareja.
Acordar reglas y expectativas dentro de la relación puede evitar malentendidos y generar confianza mutua.
En casos de celos intensos o patológicos, la terapia de pareja o individual puede ser útil para resolver conflictos emocionales subyacentes.

En resumen, los celos en la pareja no tienen un origen único. Si bien algunas teorías apuntan a que tienen una base instintiva y biológica, gran parte de los celos que experimentamos se desarrollan a lo largo de la vida mediante aprendizajes culturales, experiencias pasadas y factores emocionales.

Lo importante es reconocer que los celos no tienen que definir la calidad de una relación. Con el trabajo adecuado y la disposición de ambos miembros de la pareja, es posible transformarlos en oportunidades para el crecimiento personal y mutuo.

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