Indice de contenido
Toma de decisiones es una actitud que la ejecutamos en toda nuestra vida, al menos una vez al día la hacemos aunque seamos lo más vagos que se pueda, tomar decisiones es lo que nos hace diferentes unos de otros, de que la hagamos mal o bien en este caso no importa pero, de que lo hacemos lo hacemos aunque no nos demos cuenta.
Leí en un artículo que cuando se toma decisiones, se está tomando riesgo y a veces muy altos, claro que para llegar a ese punto hay que estar seguro de que su puesto, en el caso de que sea un empleado, no va a estar en peligro si se equivoca.
Las decisiones a rajatabla
Las empleadas que tenía en la época de empresario, yo no contemplaba penas ni remordimientos cuando tenía que decir «Se va y muchas gracias» Al menos cuando tomaba esa decisión era por sentar precedentes ante los demás, por el riesgo de un sindicato.
Ahora, ¿Qué hacía que yo lo haga sin pena ni gloria? Pues lo hacía porque no eran prescindibles ya que había bastante gente desocupada y para ese puesto siquiera 50, entonces no era problema el tomar esa decisión.
En cambio con la gente de ventas era otro cantar, ya que buenos vendedores no se consigue a la vuelta de esquina. Vender ropa interior no es cómo vender caramelos ya que se trata con gente, que por lo general tiene dinero y se creen que son dueños del negocio (mucha experiencia) por lo tanto, tenía que ser selectivo en quién era que trabajaba para mí.
Sin embargo cuando alguien tomaba decisiones y no me consultaba, corría el riesgo de que lo bote así de sencillo. Tenía a un señor que era un excelente vendedor y como tal le di la responsabilidad de que se haga cargo de las ventas con gente a su cargo, mientras trabajó, de vez en cuando tomó decisiones que fueron acertadas si, en algunas circunstancias lo hizo pero también se equivocaba.
Hay que ser eficientes en las decisiones
Lo que hacía que yo no lo bote era porque siempre demostró ser un profesional y por lo tanto, sabía que cuando el tomó las dichosas decisiones era por el bienestar de la empresa y no por fines personales, aunque una vez se equivocó de una manera muy fea que me costó la pérdida de un cliente clave, pero sabía que había riesgos y ese fue uno de ellos.
En mi caso he tomado muchas decisiones y pocas han sido erradas, la diferencia es que esas cuantas que no han sido efectivas, me ha costado muchísimo dinero y hasta mi empresa que aunque siendo rentable al 200% no la pude mantener mucho tiempo, y todo por los efectos colaterales que creo que causa más daño que el error en sí.
Lo bueno de todo es que aprendí y lo apliqué en otros negocios y funcionó muy bien. Si quiere que todo le salga bien, haga muy buena toma de decisiones. Es preferible aprender de los errores de los demás ante que de los propios.