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La decisión
El nuevo día y un nuevo amanecer, Tony se ha despertado más repuesto que antes, de pronto se acuerda de la misión de María y con inquietud espera su llegada, en el fondo sabe que ella le va a traer buenas noticias. De un momento a otro le sale un pensamiento pesimista a su cabeza, empieza a ver en su mente como María se dirige hacia la dirección y de pronto se pierde, la ve que pregunta por allí y pregunta por allá sin saber a dónde ir (Tony se pone nervioso, al mismo tiempo dice, » imposible que se pierda si ella es de la Gran Ciudad, no es campesina como yo») entonces su imagen mental cambia, esta vez la ve caminando rumbo a la dirección señalada pero con la diferencia, que esta vez ella coge un taxi, el chofer para darle una buena atención al pasajero, se baja del vehículo y le abre la puerta a María pero, ¡OH sorpresa! El chofer del vehículo es el mismo taxista que lo llevó a él de paseo por las afueras de la ciudad y de paso, con la consabida golpiza (Tony otra vez se descontrola y dice: «no puede ser, es el mismo desgraciado que casi me mata, imposible, no creo que tanto pecado haya sido robarle a mi padre como para que reciba un castigo de esta naturaleza, yo sé que cometí un error y me arrepiento pero que a ella, por favor pido que no le pase nada, María es muy buena como para que le pase cualquier desgracia») de esa manera vuelve a cambiar la imagen de su mente y comienza a ver a María caminando hacia….. (Sus pensamientos son interrumpidos por una voz conocida).
―Buenos días ―un saludo con entusiasmo―. Se lo ve tan concentrado ¿En qué piensa?
―Eh… Ah, sí ¡Buenos días! ―Contestaba el saludo muy sorprendido.
― ¿Qué le pasa, porque me mira así? ―Extrañada le decía María―. Se lo ve como asustado ¿Le pasó algo?
―No, no me ha pasado nada lo que pasa es que estaba pensando en ti.
―Y pensar en mí… ¿Le pone tan extraño? Es como que tuviera miedo.
―La verdad… Sí, es que me puse a pensar ¿Cómo irías a buscar la dirección de mi hermano? Y en ese momento vi en mi mente que te subías a un taxi, y eso no era lo que me asustó, lo que me puso nervioso es el conductor del vehículo al que tú te subías, es el mismo que junto con tres tipos casi me matan a golpes ―le decía Tony algo preocupado―. Ahora ya entiendes por qué me encontraste así.
―Eso quiere decir que estaba preocupado.
―Claro que estaba preocupado, sólo de imaginarme que te llegarás a topar con ese desgraciado, me pone mal. Eso, ni en mí peor pesadilla.
―Pero… tengo una curiosidad y espero que no le incomode ―le decía con mucho recelo―. La preocupación que siente, es por mi o por el favor que fui hacer…Por favor no lo tome a mal.
―Pues claro.
―No entiendo, claro por mí, o claro por el favor.
―Pues claro que mi susto, mi miedo, mi preocupación, es por ti, el favor que te pedí es lo de menos, en el último de los casos, si no encontrabas la dirección en cualquier lado me podría acomodar.
―Yo le agradezco que se haya preocupado por mí ―con una sonrisa en los labios le dice, dando por sentado que es muy agradable―. A propósito de favor, tengo una noticia buena y otra mala.
―En este momento me gustaría escuchar sólo la buena ―le indicaba Tony―. Espero que sea lo que pienso, así que dímelo ya.
―Si quiere la buena, eso le daré. Resulta que busqué la dirección que me dio y la encontré, es verdad que ahí vive la familia Pyma ―le indicaba con cierta intriga―. Tiene una casa muy bonita, el dueño sí parece que es su hermano porque se parece a usted y se llama Martíno.
―Espera un momento María, dijiste «familia Pyma» o te escuché mal ―esto le ha causado una gran sorpresa sabiendo de dónde viene su hermano―. También te escuché que… tiene una casa bien bonita ¿Estás segura María?
―Pues claro que estoy segura, es más, hablé con el señor Martíno aunque primero hablé con su esposa.
― ¿Esposa dices? Que yo sepa mi hermano es soltero y mis padres no saben nada de eso, entonces, ahora entiendo por qué no va al pueblo desde hace mucho tiempo.
―Lo que le acabo de decir ¿Es malo?
―No, por ningún momento, lo que pasa es que nadie en la familia sabe de esto y no sé por qué, a la final, tiene que ser una bonita pareja ―solo de pensar en lo que habrá pasado en todo el tiempo en que no ha visto a su hermano, se pone nostálgico―. Ahora ya estoy preparado María, dime la mala noticia.
― ¿Está seguro Tony?
―Ya nada me puede sorprender ahora, en poquito tiempo me ha pasado de todo ¿Qué más me puede sorprender ahora? Entonces María… continúa.
―Si eso es que quiere… eso le daré, bien, cuando fui a la casa bonita hablé con una señora, ella pensaba que yo iba por su marido pero le hablé y le expliqué que ni siquiera conocía a su esposo, pero sí sabía que se llama Martíno y por lo tanto, que lo llame porque quería hablar con él, entonces salió el señor y le dije lo que estaba pasando, pero él no me creyó nada, según él, usted tiene que estar en el campo y no en la gran ciudad, y no porque no pueda sino que no podría por lo que no tiene experiencia. La cuestión es que no me creyó nada y termine por retirarme de ahí.
―María, ¿Dices que no te creyó? Eso quiere decir, que estoy sólo en esta tierra sin un lugar donde ir, sin dinero y de paso herido, que más pudiera pedir una persona para estar chueco como yo y…
De pronto María le interrumpe
―A mí me da gusto ayudarle, si quiere le puedo llevar a mi departamento ya que no tengo compromiso con nadie, además, sería sólo hasta que se recupere bien y pueda trabajar porque de esa forma se podría ir por su cuenta, por si acaso no quiero nada a cambio.
―Si tú quieres ayudarme María, me daría mucho gusto.
―Entonces, voy hablar con el Doctor para saber a qué hora sale de alta del hospital, de esa forma puedo sincronizar el tiempo para ponernos de acuerdo a qué hora vamos a mi departamento, o me adelanto y arreglo unas cuantas cosas que hay que hacer ahí.
―Como tú digas, hoy eres mi salvadora. ¿Entonces nos vemos más tarde?
―Bueno, hasta más tarde.
Se despidió María para regresar en la tarde puesto que ya no tenía nada que hacer con Tony como paciente. Mientras acontecía todo de esto en el hospital, en la casa de Martíno se hacía a los preparativos para recibir a su hermano, Martíno estaba consciente de que Tony no sabía que tenía esposa, era algo que tenía que explicarle, además, si se llegaba a enterar de otra forma no demora que se enteran en todo el pueblo, y ese no es el problema, lo que pasa es que esos padres son chapados a la antigua. Ellos como buenos creyentes de Dios, no iban a permitir que vivan escondidos aunque estén casados porque según la ley, antes de Dios, tenían que tener la bendición de sus padres. Martíno sabía, que si su papá se entera por boca de otros es seguro que Don Saturnino va a la gran ciudad y le va a armar un relajo de los mil demonios. Entonces, es preferible contarle todo a su hermano para que le apoye con su padre. Ya todo listo, se dirigen juntos al hospital, en el camino los dos se quedan pensativos y sin decir una sola palabra, llegan y entran para llegar a información.
―Buenos días ―decía Martíno.
―Buenos días señor ¿Qué desea, en que le puedo atender? ―Le decía la encargada de información.
―Señorita, me llamo Martíno Pyma y vengo a ver a un paciente que ingresó hace más de 10 días sin documentación.
―Disculpe ¿Sabe en qué sala está?
―Sí, está en la sala de recuperación, en la cama tres.
―Si… es verdad, en esa sala hay un joven que no tiene identificación, me pueden decir ¿Qué son ustedes para el paciente?
―Somos su familia, yo soy el hermano mayor y ella es mi mujer y cuñada de mi hermano ―indicaba con toda normalidad.
―Por favor deme su nombre y su apellido.
―Mi nombre es Martíno y mi apellido es Pyma.
―Muy bien, ahora dígame el nombre de su hermano ―seguía la enfermera―. Me podría decir ¿Por qué razón han esperado tanto para venir a ver a su hermano?
―Mi hermano se llama Tony Pyma, y no hemos venido porque yo no sabía que él estaba en la Gran Ciudad, recién nos enteramos ayer.
―Muy bien señor Pyma, siga al fondo y pregunte por el joven de la cama tres.
―Muchas gracias señorita. Vamos Zulema, llegó el día de que conozcas a mi hermano.
―Muy bien, ya era hora ―le decía Zulema.
Los dos se dirigen hacia la sala de recuperación y con precisión a la cama tres, pero en el camino Zulema pensaba, “Que cosas de la vida, a Martíno lo conozco seis años y recién tres años que me enteré que él tiene familia, ahora por la tragedia del destino voy a conocer al menor de los hermanos, ojalá todo salga bien”. Mientras tanto, Martíno tenía sus propios pensamientos, “Chuta madre, tanto tiempo y no tuve la valentía de presentarle mi familia a mi mujer, ¿Qué estará pensando ahora de mí? Pero como todo tiene su razón de ser, espero que esto sirva para algo y que sea para el bien de todos”. Entre pensamientos y pensamientos llegaron a la sala y buscaron la cama tres, encontraron a Tony.
― ¡Tony, hermano querido! Tanto tiempo sin verte.
― ¿Martíno? ¿Eres tú? ―Miraba con incredulidad a la persona parada frente a él.
―Sí, Martíno, tu hermano ¿Ya no te acuerdas de mí?
― ¡Martíno! Hermano querido, pensé que tú te habías olvidado de mí.
―Tranquilo, si lo dices por lo que le dije a tu mensajera, eso fue porque me parece increíble que mi hermanito menor se arriesgue a venir solo a La Gran Ciudad, además, ayer estuvimos aquí y vimos que estabas durmiendo, por favor espero que me entiendas, ¿Si?
―Está bien hermano, lo que tú digas pero te aclaro una cosa, yo no te envíe a ninguna mensajera te envíe a una amiga y si no fuera por ella y su cuidado y me refiero a todo, yo hubiera muerto, a ella le debo todo mi agradecimiento, como sabrás, ella trabaja aquí y se llama María Rogét y de paso es bonita ―le aclaraba Tony a su hermano―. ¿Quién es tu acompañante?
― ¿Mi acompañante? Pues, ella es mi “esposa” o sea tú cuñada ―decía Martíno―. Te presento Tony a mi mujer, se llama Zulema del Pasto.
―Mucho gusto señora, me llamó Tony Pyma y como dijo mi hermano, su cuñado ―decía impresionado con la belleza de su cuñada.
―Por favor Tony, no me diga señora, prefiero que me llame por mi nombre.
―Está bien cuñada, entonces de ahora en adelante será Zulema.
―Bueno, ya se conocieron, ya se presentaron, entonces ahora será que nos vayamos a la casa. Me dijeron que hoy día sales de aquí.
―Sí, el Doctor dijo que me daba de alta en la tarde pero no puedo moverme de aquí, siquiera hasta la tarde.
― ¿Y cuál es el problema? ¿Acaso hay que pagar algo? ―preguntaba Martíno.
―No, no hay problema, lo que pasa es que mi amiga me dijo para llevarme a su departamento, en vista que tú hermano querido le habías dicho que no le creías. Quedamos en encontrarnos a la salida de su horario de trabajo ―indicaba con lujo de detalles―. Y como yo veo el asunto, una cosa es que tú vivas sólo y otra que vivas con Zulema.
―No hermano… tranquilo, la casa que compré es bien grande y hay espacio de sobra, además, Zulema se va hacer cargo del cuidado tuyo por lo menos hasta que te recuperes bien ―decía muy complaciente―. Al menos hasta las tardes puesto que yo salgo a trabajar todos los días.
―Está bien hermano pero al menos, tengo que avisarle a ella lo que ha pasado, no me puedo ir así porque si, ya que le debo mucho a ella. Te voy a decir una cosa Martíno, mientras yo estuve inconsciente ella para mí fue mi sueño, fue mi despertar también mi tristeza y mi felicidad, que al unísono los dos fuimos uno en un momento dado, y como esto se ha dado de…―De pronto le viene algo la cabeza de Tony y dice en su interior «¿Qué me está pasando a mí, de donde me salen estas palabras? ¿Será que estoy cambiando de sentimientos? De donde mierda me salga, la cuestión es que se escucha bonito»―. Como te decía, lo que quiero decir es que a María la quiero mucho.
― ¿Qué te parece Tony si hablo más tarde con María? ―Le preguntaba Zulema―. Es más ella te puede ir a visitar a la casa, y si quieren se quedan a dormir ahí mismo.
― ¡Cuidado cuñada! No diga esas cosas, vaya escuchar ella y se va a poner molesta y yo no quiero que pase eso ―alarmado y nervioso reacciona por lo que escuchaba.
―Tranquila Zulema, no te pases de la raya que vas asustar a mi hermano, además es más inocente de lo que tú te imaginas ―le increpaba Martíno a su mujer.
―Pero ¿Cuál es el problema? Escuché que María se hizo cargo de todo, incluyendo el aseo personal si no me equivoco y si es así, tiene que haberte lavado hasta las bolsas y eso sin contar las nalgas incluyendo orificio y todo ―lo decía con picardía y un guiño de ojo―. Ahora entiendo… si, mientras tú cuñado pasaste inconsciente tantos días y María fue todo para ti, hablamos de todo, quién quita que te haya hecho el favor de yapa ¡Digo! Ahora que ella te conoce todo, hasta el fondo, ¿Cuál es el problema de que duerman juntos?
― ¡Zulema ya cállate! ―Con mal genio le ordenaba Martíno―. Tú no sabes la relación que tienen los dos, además puede ser por amistad.
―Ya Martíno tranquilo, además lo que dice Zulema puede ser cierto, porque si me hizo de todo lo que le correspondía, quién quita que ella haya hecho otras «cositas» yo también ¡Digo! Además si lo hizo o no, no importa, por ella es que estoy hablando con ustedes y por ello le doy las gracias, ya se lo he dicho a ella por si acaso.
―Escúchalo Martíno, a tu hermanito inocente ―indicaba Zulema―. Bueno, vamos ya que se hace tarde, tú tienes que ir a trabajar Martíno.
―Tienes razón, se me está haciendo tarde, entonces te quedas aquí tu Zulema, ayúdale a Tony a preparar las cosas para que se vayan a la casa y lo instalas en el dormitorio del fondo ¿Si está todo claro?
―Ya ándate no más, que yo me hago cargo de todo ―decía Zulema.
―Entonces, confío en ti Zulema, tú vas a hablar con María más tarde y le explicas lo que está pasando, para que ella no vaya a pensar mal ―decía Tony.
―Sí, no te preocupes ―le aseguraba Zulema―. Vámonos rápido que tengo que hacer algunas cosas en la casa.
―Ya, no me apures que tengo que vestirme primero y eso…
En lo que Tony se empieza vestir, se le acerca un médico que sorprendido le reclama.
― ¿Qué está pasando aquí? Usted, ¿Qué hace levantado de la cama? ―Le decía el médico.
―Buenos días Doctor… me estoy vistiendo para irme a la casa.
― ¿Y quién le dijo a usted que se podía ir a su casa?
―Bueno, el doctor que me estuvo atendiendo o sea el doctor Mancillas, me dijo que hoy día me daba de alta pero en la tarde. Mire Doctor, yo estuve inconsciente casi 11 días y si no fuera por un milagro y ese milagro se llama María, nunca me hubiera encontrado mi familia, claro que hablo en sentido figurado pero igual. La señora aquí presente que es mi cuñada, no puede estar mucho tiempo aquí además, si salgo en la tarde ¿Cuál es el problema de salir hoy en la mañana? Dígame, usted Doctor.
―Dígame una cosa joven, ¿Ya habló usted con el doctor Mancillas?
―No, no he hablado con él pero yo ya me siento bien y además, mi cuñada me está ofreciendo un hospedaje ¿Puedo irme?
―Sí tanto apuro tiene para irse, espere un momento ¡Enfermera! Venga para acá.
―Dígame Doctor ¿En qué le puedo servir?
―Haga que el paciente de la cama tres se acueste de nuevo, hágale un chequeó rápido porque el joven está desesperado por irse.
―Muy bien Doctor, enseguida se lo hago.
―Ya escuchó joven, así es que espere un momento ―le decía con voz de mando.
―A ver paciente de la cama tres, acuéstese que le voy a tomar los signos… bueno, la presión… muy bien, pulmones… muy bien, reflejos… muy bien. Atiéndame joven, siga con su mirada el lápiz, siga… muy bien. Doctor…ya le hice el chequeo y está muy bien todo, lo único que tiene pendiente es los golpes pero eso se arregla con reposo y el tiempo… ¿Está bien?
―Muy bien señorita, puede retirarse ―haciendo un ademán indicando para que se vaya, se vuelve hacia el paciente―.Bien, parece que en su interior está bien pero ya escuchó a la enfermera lo que tiene pendiente son los golpes, eso tendrá que recuperarse con reposo, por lo tanto puede irse.
―Muchas gracias Doctor ―decía Zulema―. Ya escuchaste Tony, vístete rápido y vamos a la casa.
―Ya, ya escuché, en cinco minutos me visto.
―Muy bien, ahora sí vamos ―decía Zulema…Continuará capítulo 4
©Clarí una historia cuántica Todos los derechos reservados Roberto Sanahuano Escrita en el 2006 y registrada en el 2008 I E P I 030100
Hola Roberto! Espero estes bien, rato q no entraba a tu blog. Cuentame una cosa, como veo que has publicado más capitulos de la novela, quiero saber si quiciera adquirirla que costo tiene y en donde la encuentro? Vivo en Bogotá, Colombia. Me gustaría tener un ejemplar de tu novela.
Gracias por tu atención. Saludos!
Zaro Maríe.
Hola buenas tardes y gracias por tus palabras, Si te refieres a un ejemplar en formato físico, o sea en papel, no es posible porque no la he publicado así, aunque no lo niego sería increíble porque algunas personas me han preguntado lo mismo. La verdad que no sé como hacer para que esto sea publicado por medio de una editorial, porque si lo hago por cuenta propia, es un poco caro y el mínimo en una edición es de 3000 libros, ya te puedes imaginar el costo, pero si encuentro la forma, ten por seguro que serás entre las primeras personas en saberlo. Ya está el capítulo 26.
Gracias por el comentario
Roberto Sanahuano
Programador Neuro-Lingüista
Terapias cambios personales
Gracias Roberto! Estaré pendiente, te aseguro que vas a lograr publicarla como es devido.
Saludos por ahora la seguiré en tu blog por que la quiero en fisico, pienso que es una gran historia para coleccionar. 👍
Si pienso igual que el mejor libro es en papel y que eso de leer en la red es muy cansado, a menos que sea un artículo que solo es de unos cuantos minutos pero nada más. La verdad que no he hecho la búsqueda de un agente literario que en esto es la clave, pero en cualquier momento aparece alguien que me dé la mano aunque sé que no es gratis, pero de igual vale la pena publicar una obra que sea tuya.
Gracias por el comentario
Roberto Sanahuano
Programador Neuro-Lingüista
Terapias cambios personales
Hola, me podría decir como accedo al capítulo 4 y al resto? Pues no veo un link o algo parecido que me conduzca a seguir con la novela, y es algo frustrante ya que ya estaba más que conectada… Espero su respuesta pronto.
Gracias y un cordial saludo.
Hola buenas noches, los capítulos están en el menú, solo siga esta ruta https://rsanahuano.com/novela-anti-estres/clari-una-historia-cuantica-capitulo-4-pensamientos/ Si puede hacer un critica, sería de muy buen agrado.