El éxito sin miedo al que dirán los demás

El éxito sin miedo al que dirán. Lamentablemente me atrevo a decir que  las personas y en especial los latinos, podemos llegar a tener cierto rechazo del éxito sin el miedo al que dirán. Pienso que ya tienen una leve idea desde cuando se tiene esa sensación de la vergüenza, por lo general tienen cierto recelo en hacer algo que supuestamente no lo harían en su sano juicio.

Posiblemente han escuchado o leído que no hay profeta en su propia tierra pero no siempre se cumple a rajatabla. Hay personas que han hecho fortuna en una sola generación y lo han logrado porque han carecido de la vergüenza, es decir, para ellos no hay reparo en coger una escoba y barrer en la calle, al menos yo si lo he hecho.

Pienso que no es momento de empezar a buscar a los culpables pero si es el momento en que ustedes pueden dar el primer paso, en este caso si están en edad de adolescente (aunque es difícil que un adolescente lea artículos) pero si es que lo hacen, pueden empezar por dejar de pensar de que son tan especiales que se pueden oxidar si hacen un trabajo, aunque sea sencillo y de poco dinero.El éxito sin miedo al que dirán los demás

Los pensamientos son creencias

Las personas llegan a pensar ese tipo de cosas porque se creyeron con fuerza, de que somos muy especiales tanto al punto que piensan que el mundo les debe mucho, incluso actúan  de una forma como que le están dando al mundo un tiempo de espera, ¿Para qué? Pues, para que todo le llegue a sus manos.

Hace mucho tiempo tuve un amigo que tenía todo porque nada le faltaba, ¿Gracias a quién? A quién más que a sus padres, el caso es que el creció así que incluso en momentos nos hacía sentir mal, porque él podía disponer de dinero en cualquier momento y nosotros no. Un día le dije «Todo el tiempo no te va a durar el oro» pero ni siquiera me entendió.

El tiempo pasó y en un momento en que se dio cuenta de que él no tenía nada porque todo era de los padres, quiso dar un paso adelante para hacerlo por su cuenta pero sus padres casi enloquecen ¡Estás loco! Le dijeron, por tal ¿Para qué iba a trabajar si todavía era un bebé? Ya tenía 18 años y de ahí para adelante su disco mental como que se rayó.

Fue como si retrocedió a la tan conocida edad del burro y no quería hacer nada, sin dejar que empezó a beber por lo tanto, sus padres se dieron cuenta que le habían hecho un daño y para enderezar lo que se había torcido, cambiaron su actitud. El resultado de esto fue que la casa se convirtió en un infierno.

¿Qué hace que la persona crea que el mundo le debe todo?

La creencia de que el mundo les debe todo a algunas personas suele estar relacionada con varios factores psicológicos y sociales que moldean su forma de ver la vida. Uno de los principales factores es el desarrollo de un sentido de «entitlement» o derecho adquirido, donde la persona siente que merece beneficios o privilegios sin haber hecho nada para ganárselos.

Esta mentalidad puede surgir de diversas fuentes, que se le puede tomar así, una persona ha sido criada en un ambiente donde no ha enfrentado consecuencias por sus actos o siempre ha recibido lo que quería sin esfuerzo, es más probable que desarrolle esta creencia.

Padres que protegen excesivamente o que conceden todo a sus hijos, sin enseñarles responsabilidad, pueden fomentar una actitud de derecho. Algunas personas desarrollan una sensación de derecho como una forma de compensar su propia inseguridad.

Al creer que merecen todo, intentan llenar un vacío interno, proyectando una falsa superioridad para ocultar sus debilidades. En algunas culturas o entornos sociales, el éxito o el estatus se valoran por encima de todo.

Esto puede llevar a algunas personas a creer que el mundo debería proporcionarles éxito y recompensas simplemente porque ocupan una determinada posición social o tienen ciertos atributos.

Las personas que creen que el mundo les debe todo a menudo tienen dificultades para ponerse en el lugar de los demás. Al no reconocer los esfuerzos y dificultades ajenas, desarrollan una actitud egocéntrica, donde solo sus deseos y necesidades son importantes.

La creencia de que el mundo debe todo a alguien es una combinación de factores personales y sociales. Superarla requiere un cambio en la forma de pensar, que implica asumir la responsabilidad de las propias acciones y comprender que el esfuerzo y las relaciones son claves para obtener lo que se desea en la vida.

Malos pensamientos malas decisiones

Un día conversando con este amigo que hace muchos años que no lo veo, me dijo que ya no soportaba que lo molesten sus padres, que antes él era lo mejor y de pronto es lo peor y por eso había pensado irse lejos y dejar el lujo.

La pregunta fue ¿A dónde se iba a ir si ni siquiera era capaz de coger algo que estaba botado en el piso de su casa? ¿Barrer? Ni de broma. Cierto día desapareció y regresó como a los tres años y con dinero, se presento  a sus padres con la consabida disculpas y como tal regresó a su casa pero, con una pequeña diferencia, ya no era el mismo.mujer feliz

En el tiempo que se fue, estuvo trabajando en un barco y ganaba bien pero su mayor ingreso venía de un trabajo que nadie lo quería hacer. El trabajo era bien pagado fuera del sueldo como marinero, ¿De qué se trataba?

Pues de algo que ni porque la paga era de 100 dólares la hora, nadie lo quería hacer, ¿Las razones? Era ni nada más ni nada menos que limpiar letrinas del barco y tengo entendido que son bien grandes por dentro.

Las malas decisiones son aquellas que, por falta de información, impulsividad o presión, llevan a consecuencias negativas. Tomarlas puede generar frustración, arrepentimiento y complicaciones en diversas áreas de la vida, como las relaciones, el trabajo o la salud.

A menudo, estas decisiones resultan de no analizar adecuadamente las opciones o de actuar bajo emociones intensas. Aunque todos cometemos errores, lo importante es aprender de ellos.

Reflexionar sobre las malas decisiones nos permite corregir el rumbo, evitar repetir patrones y tomar decisiones más conscientes y responsables en el futuro, contribuyendo a nuestro crecimiento personal.

El miedo al qué dirán

Ahora, como la mayor parte de las personas tienen el miedo al qué dirán sin siquiera saber, que el éxito sin miedo al que dirán es justamente lo que hace que alguien cruce la puerta hacia el éxito, por lo tanto este amigo no lo pensó simplemente vio una oportunidad de ganar más dinero en poco tiempo y lo hizo, claro que para que se meta lo hacía con traje especial y oxígeno.

El resultado de lo que aprendió le dio la oportunidad de ver su entorno de una forma muy diferente cómo lo hacía antes. El padre nunca se enteró de lo que hizo pero estuvo feliz de su cambio, para rematar, cuando vino se puso una especie de cadena de venta de hot dog que fue una impresión de muerte para el padre por el que dirán pero, para el hijo ya no era importante porque el aprendió el valor de lo que es llegar a el éxito sin miedo al que dirán.

El miedo al qué dirán es una preocupación común que afecta a muchas personas y se relaciona con la forma en que nos perciben los demás. Este temor puede surgir de la necesidad innata de pertenencia y aceptación social.

Desde una edad temprana, aprendemos a valorar la opinión de los demás, lo que puede generar un deseo de conformidad y una aversión al rechazo. Este miedo puede manifestarse en diversas áreas de la vida, como las relaciones interpersonales, el trabajo o incluso en actividades cotidianas.

Las personas pueden sentirse inhibidas a la hora de expresar sus verdaderos sentimientos o a tomar decisiones que reflejen su autenticidad, temiendo que sus elecciones sean malinterpretadas o criticadas.

Este estado de ansiedad puede llevar a un comportamiento auto-censurado, donde la persona prioriza la aprobación externa sobre su bienestar emocional. Además, el miedo al qué dirán puede impactar la autoestima. Las personas que permiten que este temor dicte sus acciones pueden desarrollar una imagen distorsionada de sí mismas, en la que su valor depende de la percepción ajena.

Los resultados

Esta dinámica puede llevar a una vida de constante comparación, insatisfacción y frustración. Superar el miedo al qué dirán requiere un proceso de autoconocimiento y aceptación. En todo caso, hacer lo que hice en mis tiempos de mediocridad, aprendí a reírme de mí mismo.

Aprender a priorizar la opinión de uno mismo, establecer límites saludables y cultivar relaciones que fomenten la autenticidad puede ayudar a reducir este temor. En última instancia, reconocer que no podemos controlar las opiniones de los demás y que la autenticidad personal es más valiosa que la aprobación social puede conducir a una vida más plena y satisfactoria.

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