Cuando muere el amor el mundo se acaba pero

Cuando muere el amor. Qué difícil es vivir cuando el amor muere y mucho más cuando usted vive con su cónyuge, mujer, pareja o viceversa porque en este caso se siente igual sea hombre o mujer. Muchas veces viven juntos por guardar apariencias o lo más común «Es que no puedo dejar a mis hijos» que es lo típico en un hombre, como si los hijos ataran.

Ahora, ¿Creen que es factible que una pareja estén casados o no, vivan juntos sólo por el que dirán o los hijos? Lo sensato sería que se pongan de acuerdo hasta cuándo van aguantar la situación.

No es fácil y lo sé pero sería una de las formas como para poder estar en paz y de esa manera, evitar los futuros problemas mentales en los hijos. En último de los casos que haya fracasado la intención y aun no se han separado.Cuando muere el amor

Hay una estrategia en la que todavía se puede intentar ¡Qué digo! ¡Funciona! Aunque hay que aclarar que todos no son como usted o como yo, por lo tanto el que lo quiera poner en prueba tiene que estar seguro de cuál sería la reacción de su pareja, sea hombre o mujer.

Cuando muere el amor

Otros de los puntos que se debería tomar en cuenta, es que tiene que examinar el terreno de ataque, primero estudie cómo se ha estado comportando usted y su pareja en los últimos tiempos y con sumo cuidado analice ¿Qué es lo que usted haría a favor de su pareja sin que ella o él se den cuenta?

Es muy importante que no se den cuenta porque si lo hacen cualquiera de los dos, lo primero que van hacer es preguntarse ¿Qué le está pasando a…. porque… no es así? Y si pasa eso es mejor que con disimulo mejor desista pero con la más discreción que pueda.

Recuerden que el movimiento que va hacer debe ser el más lejano. Ahora, cuando ya ha escogido el movimiento hágalo pero jamás mire a su pareja, eso lo puede delatar. Si el primer movimiento resultó, lo puede ir haciendo un tiempo.

En cualquier momento su pareja se va a dar cuenta, ahora hay la posibilidad de que le pregunte algo de por qué lo hace, en ese momento usted tiene que responder sin titubear pero no tiene que hacerle ver que lo hace por ella o él.

Simplemente lo hace porque lo quiere hacer NO PORQUE TIENE ya que el tener es una obligación y trae consecuencias. Cómo ya está el primer paso hecho y derecho, ejecuta el segundo que viene a ser algo que se acerque un poco pero con disimulo.

Cuando ya está listo para el tercero lo hace pero este tiene que ser algo que involucre a su pareja. Javier es un amigo que lo conozco hace más de 35 años y desde ese tiempo, ha tenido problemas con su esposa, ¿Por qué han vivido así?

Estrategia para empezar de nuevo

Bueno la historia es larga pero lo han hecho, ya cansados y viejos no entendían que tenían que cambiar, entonces le sugerí que empleara este plan aunque no era de su agrado por la distancia en la que han vivido.

Para sorpresa de él, funcionó y aunque todavía no pueden romper algo que han mantenido por décadas, pero se llevan mejor, ¿Cuál fue el punto que funcionó? Pues el número tres ya que lo ejecutó después de acercarse muy lentamente ¿Cómo?

Pues con una taza de café, ese fue  el punto ya que a ella le gusta el buen café. La estrategia que le sugerí fue que para que él le prepare el café, primero tiene que ganarse su confianza y eso es haciendo lo que antes no hacía, pero que no era importante al menos para ella.

Desde luego que si es evidente al tiempo ¿Está claro? Ustedes son muy inteligentes y van a poder sobre poner su caso sobre el de él. El caso es que cuando le preparó el café, él ya estaba sentado a 5 metros de distancia en la sala.

Poco a poco se iba acercando y al cabo de 10 días ya estaba sentado junto a ella, ¿Pueden creer, después de tantos años de pelea? Eso para mí es un logro, ahora ya roto el fantasma de la separación depende de usted sea quien sea.

Dele amor y más amor con mucha delicadeza, claro que si es de amor fuerte lo zumba por allá pero sólo es cuestión de calibrar. Después de un tiempo ya no sabrán que se siente cuando muere el amor.

Cuando el amor acaba, ¿Todo se ha perdido?

Cuando el amor entre dos personas acaba, no todo está perdido, aunque puede sentirse así en el momento. El fin del amor marca una transición, no solo en la relación, sino también en la vida de ambos.

Las emociones intensas que acompañan este cambio, como el dolor, la tristeza o la confusión, pueden dar la impresión de que todo ha llegado a un punto sin retorno. Sin embargo, cada final también abre la posibilidad de crecimiento personal, de aprender de los errores y de construir nuevas experiencias.

Las relaciones de pareja suelen romperse por una combinación de factores. Uno de los más comunes es la falta de comunicación efectiva. Cuando las personas dejan de expresar sus emociones, preocupaciones o deseos, la distancia emocional se amplía.

Los malentendidos y los resentimientos no resueltos tienden a acumularse, hasta que la conexión inicial se pierde. También influyen las expectativas no cumplidas. Si una de las partes siente que la relación no está cubriendo sus necesidades, puede surgir frustración, llevando al desinterés o al conflicto constante.

Otro motivo frecuente es el cambio en las prioridades o en los valores personales. Con el tiempo, las personas crecen y evolucionan, y a veces ese crecimiento lleva en direcciones opuestas. Lo que en un principio parecía compatible puede transformarse en una desconexión.

Además, la monotonía y la falta de esfuerzo para mantener la relación viva pueden erosionar lentamente el vínculo, haciendo que ambos sientan que el amor ha desaparecido. El fin de una relación no siempre significa que haya odio entre las partes, pero en algunos casos, las heridas emocionales pueden generar resentimiento duradero.

¿Se puede guardar odio por tanto tiempo?

Una persona puede guardar odio por años debido a experiencias dolorosas no resueltas, como traiciones, engaños o maltratos. Estas emociones pueden arraigarse profundamente si no se procesan de manera adecuada, convirtiéndose en una carga emocional que persiste incluso hasta la vejez.

Este odio a menudo se alimenta de la incapacidad de perdonar, no solo al otro, sino también a uno mismo por los errores cometidos o por permitir ciertas situaciones. Guardar odio durante tanto tiempo afecta principalmente a quien lo experimenta.

Este sentimiento consume energía emocional y puede impedir que una persona encuentre paz o felicidad. Incluso cuando el odio parece dirigido hacia otra persona, en realidad refleja una lucha interna no resuelta.

Sin embargo, es importante reconocer que, aunque difícil, liberar este odio es posible. Perdonar no significa justificar el daño recibido, sino liberarse del peso que ese rencor representa. El amor que termina no debe interpretarse como un fracaso absoluto.

Cada relación deja aprendizajes y momentos significativos que, aunque ya no formen parte del presente, contribuyen al desarrollo personal. En lugar de centrarse en lo que se ha perdido, es útil reflexionar sobre lo que se puede ganar al seguir adelante.

La vida no se detiene cuando el amor se acaba, y cada experiencia abre la puerta a nuevas posibilidades, tanto en relaciones futuras como en la relación con uno mismo. A veces, el amor no se acaba por completo, sino que cambia de forma.

Puede transformarse en respeto, en gratitud o incluso en una conexión más tranquila que no necesita la intensidad del romance para existir. Este tipo de evolución puede ser especialmente evidente en relaciones largas, donde los recuerdos compartidos y el entendimiento mutuo permanecen, aunque la pasión inicial ya no esté presente.

¿Cómo evitar que el amor se rompa?

Para evitar que una relación se rompa o que el amor se desgaste, es esencial cultivar constantemente el vínculo. La comunicación abierta, el respeto mutuo y el esfuerzo por mantener viva la conexión emocional son pilares fundamentales.

Las relaciones no se mantienen por sí solas; requieren cuidado continuo. Reconocer los problemas antes de que se conviertan en barreras insalvables es crucial para mantener la relación saludable.

En cuanto al odio que puede persistir durante años, la clave para liberarse de él radica en la introspección y el perdón. Esto no siempre es fácil, especialmente si las heridas son profundas, pero es un paso necesario para sanar. Buscar ayuda, ya sea a través de la meditación, de prácticas personales o del apoyo de personas de confianza, puede facilitar el proceso de dejar atrás el rencor.

Finalmente, cuando el amor acaba, es importante recordar que el fin de una etapa no define el resto de la vida. Todo cambio trae consigo la oportunidad de reconstruir, de redescubrirse y de crear algo nuevo. Aunque el dolor inicial puede ser abrumador, con el tiempo, la perspectiva y el crecimiento personal pueden transformar esa experiencia en un capítulo más de la historia de cada individuo.

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