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Depresión es un mal que nos acompaña en cualquier momento de nuestras vidas. Pero en sí ¿Qué es la depresión? Pues para no hacerles complicado el caso, les explico de una manera práctica, la depresión es una forma de comprimirnos internamente.
Es decir, es la tensión interna que originamos por respuestas que no conocemos en nuestro interior. Parece que fuera difícil pero no, es lo más sencillo entrar en ese estado de trance, y cualquiera está en posición de entrar en ella.
Para entrar solo es cuestión de que en su mente, no tenga una explicación a lo que le está pasando, pero esto no incluye en casos como cuando usted es mecánico y de pronto, no encuentra la forma de resolver un problema de un motor.
Depresión – Los efectos negativos
La reacción que tuviera en esos casos es de frustración, que es muy poco pero si de coraje por no encontrar la falla, para terminar por buscar ayuda en otro lado o, dejarlo como quedó si su responsabilidad no es formal.
Es diferente si de pronto usted que es mecánico, trabaja para otra persona o en una empresa, que de un momento a otro le llega a su oído que lo podrían despedir. La noticia que ni siquiera le llegó por fuentes fidedignas hace su trabajo en el interior de su mente.
Que posiblemente pueden ser que tenga imágenes de su familia (a la que tanto ama) que ve irse alejando poco a poco y eso lo hace sentir mal, le pueden venir pensamientos de impotencia al verse en su mente solo y sin dinero, ya que usted es el puntal derecho de su familia.
Esto se convierte en algo molestoso debido a que lo que ve en su mente es repetitivo, conforme pase el tiempo se hace más dedicado y sofisticado, a eso se debe que una persona que ha tenido mucho tiempo con esto, se enferma con facilidad.
Esto incluso llegan a decisiones drásticas por pensar que es lo mejor que pueden hacer. La mente le puede jugar un montón de formas de cómo hacerle sentir mal, porque usted ya lo ha sentido, es decir, ya tiene la experiencia de otras circunstancias.
Como ya les escribí anteriormente, su mente es tan sabia que buscará la mejor forma para que usted lo sienta mejor, sólo que en contra ya que su mente no sabe distinguir lo real de lo irreal, lo falso de lo verdadero y lo que es peor, no sabe de lo malo ni de lo bueno que le hace sentir.
El proceso de la depresión
La depresión se comporta así, porque no tiene un escape igual como una olla de presión, que si tú la has llenado igual como llenas tu cerebro con recuerdos tristes, que mientras no tenga una razón de comprimirse por la presión, no pasará nada.
Pero si hay algo que sirve de detonante es indudable que va a reaccionar como en el caso de la olla. Solo necesita encender el fuego que es lo que hará de detonante, que si no le da libre escape a la presión pues la olla estallará.
Así de simple, como lo haría su cerebro declarándose loco. En este caso lo único que hará es obedecer a ciegas lo que usted en apariencia quiere y eso es «Sufrir» ¿De qué forma? pues lo deprime.
La depresión es un sistema de atención que si usted aprende a distinguir, se dará cuenta que la depresión es una distracción y nada más, pero así mismo como se distrae en lo mal que le va, puede usted cambiar los parámetros y hacerlo a su beneficio.
Tome atención, la depresión es «De – presión» entonces ya entendido esto sólo suelte y ya. Sé que no es fácil de hacerlo pero si se propone, entenderá que hay cosas más importantes como para centrarse en lo negativo, en vez de lo bueno.
¿Por qué es fácil deprimirse?
Deprimirse es algo que puede parecer fácil porque la naturaleza humana tiende a ser profundamente emocional. Las emociones están diseñadas para conectarnos con nuestro entorno y con nosotros mismos, pero también tienen el poder de hacernos vulnerables.
Cuando alguien experimenta una tristeza profunda o una sensación de vacío, no significa que sea débil, sino que hay procesos internos complejos que están funcionando al mismo tiempo. La depresión no es un acto consciente ni una elección deliberada, sino una respuesta que surge de una mezcla de factores emocionales, biológicos y contextuales que afectan la manera en que una persona percibe y responde a la vida.
La vulnerabilidad emocional no es sinónimo de debilidad. Todos los seres humanos tienen momentos en los que se sienten superados por las circunstancias. Una pérdida, un fracaso o incluso una acumulación de pequeños problemas pueden ser suficientes para desencadenar sentimientos de tristeza prolongada.
Esto no significa que alguien sea menos fuerte, sino que su sensibilidad emocional está activa. Ser emocionalmente sensible puede hacer que una persona sea más empática o creativa, pero también puede exponerla a un mayor riesgo de sentirse afectada por las dificultades de la vida.
El miedo juega un papel importante en el desarrollo de la depresión. Los miedos ocultos, aquellos que a veces no reconocemos o no queremos enfrentar, pueden actuar como una sombra constante en nuestra mente.
El temor al fracaso, al rechazo, a no ser suficiente o incluso a perder algo que valoramos, puede generar una carga emocional que, con el tiempo, nos lleva a sentirnos atrapados. Cuando estos miedos no se expresan ni se manejan, se acumulan, afectando la manera en que vemos el mundo y nuestra capacidad para encontrar soluciones. En este estado, es fácil sentirse abrumado y caer en una espiral de pensamientos negativos.
¿Cómo el cerebro procesa las emociones?
Otro factor que contribuye a que deprimirse parezca tan fácil es la manera en que el cerebro procesa las emociones. La mente tiene una tendencia natural a enfocarse en lo negativo, un mecanismo evolutivo que nos ayudó a sobrevivir en entornos peligrosos al prestar más atención a las amenazas.
Sin embargo, en la vida moderna, donde las amenazas son menos físicas y más emocionales, este mismo mecanismo puede hacer que las personas se obsesionen con sus problemas, ampliándolos en su mente hasta que parecen insuperables.
Este enfoque en lo negativo alimenta la tristeza y puede convertirse en un ciclo difícil de romper. Las expectativas sociales y personales también tienen un impacto significativo. Vivimos en un mundo donde se valora la productividad, la felicidad constante y el éxito visible.
Cuando alguien no cumple con estas expectativas, ya sea porque enfrenta obstáculos externos o porque lucha internamente, puede sentirse inadecuado. Este sentimiento de no estar a la altura de lo que se espera puede conducir a la autocrítica, aumentando la sensación de desesperanza.
Es como si uno cargara con un peso invisible que se hace más pesado con cada comparación con los demás. La biología también tiene un rol crucial. Los desequilibrios químicos en el cerebro, como la disminución de serotonina o dopamina, pueden predisponer a alguien a la depresión.
Estos neurotransmisores son esenciales para regular el estado de ánimo, y cuando están fuera de balance, incluso las personas con una vida aparentemente estable pueden sentir una tristeza profunda e inexplicable. La biología no actúa sola, pero puede ser el punto de partida que amplifica las emociones negativas. El contexto de vida de una persona influye profundamente en cómo maneja las dificultades.
El medio en el que viven puede dar la forma
Alguien que creció en un entorno donde no se validaban las emociones o donde había una constante presión por ser perfecto puede tener más dificultad para lidiar con los desafíos emocionales. Este contexto puede crear una desconexión entre lo que sienten y lo que creen que deberían sentir.
La falta de apoyo emocional o un historial de traumas también son factores que predisponen a la depresión. Sin una base sólida de bienestar emocional, cualquier problema puede parecer más grande de lo que realmente es.
A veces, deprimirse está relacionado con la falta de propósito o dirección en la vida. Cuando alguien siente que no tiene un camino claro o que sus esfuerzos no llevan a ninguna parte, es fácil perder la motivación. Este vacío existencial puede llevar a cuestionar el valor propio y el sentido de la vida, profundizando el estado depresivo.
La desconexión con los propios valores o sueños puede ser una de las causas más profundas de esta sensación de pérdida. Además, la manera en que enfrentamos los problemas juega un papel importante.
Algunas personas tienen herramientas emocionales que les permiten afrontar las dificultades con resiliencia, mientras que otras pueden sentirse paralizadas por la misma situación. Esto no se trata de una diferencia innata, sino de las experiencias y aprendizajes que cada persona ha tenido a lo largo de su vida.
Aquellos que no han tenido la oportunidad de desarrollar estrategias efectivas para manejar el estrés y la tristeza pueden sentirse más vulnerables cuando enfrentan desafíos. Aunque parece que deprimirse es fácil, también es cierto que hay maneras de romper este patrón.
Aprende a identificar lo que te pasa
Una de las claves es aprender a identificar los miedos y las emociones subyacentes. Cuando alguien reconoce lo que le preocupa o le duele, puede comenzar a trabajar en ello, ya sea enfrentándolo directamente o buscando apoyo.
Hablar de lo que se siente, ya sea con un amigo, un familiar o incluso escribiendo en un diario, puede ser un primer paso para liberar el peso emocional acumulado. Otra forma de contrarrestar la facilidad con la que la tristeza se instala es cultivar la gratitud y enfocarse en lo positivo.
Aunque la mente tiende naturalmente a lo negativo, es posible entrenarla para que también vea lo bueno. Practicar el agradecimiento diario, por pequeño que sea, puede cambiar la perspectiva y reducir la sensación de desesperanza.
Este cambio no sucede de la noche a la mañana, pero con el tiempo, puede hacer una gran diferencia. También es importante cuidar el cuerpo. Dormir bien, comer de manera balanceada y hacer ejercicio regularmente pueden ayudar a equilibrar los neurotransmisores y mejorar el estado de ánimo.
Aunque estas actividades pueden parecer simples, tienen un impacto poderoso en cómo nos sentimos emocionalmente. A menudo, las pequeñas acciones repetidas consistentemente tienen el mayor impacto en nuestro bienestar.
En última instancia, la facilidad con la que alguien puede deprimirse no es una señal de debilidad, sino una oportunidad para aprender más sobre sí mismo. La tristeza profunda nos obliga a detenernos, a reflexionar y a buscar un cambio.
Aunque el camino puede ser difícil, cada paso hacia el entendimiento y la aceptación nos acerca a una vida más plena y significativa. Dependerá de cada persona encontrar las herramientas y el apoyo necesarios para superar los momentos oscuros y descubrir la fortaleza que reside en su interior.
Hola Roberto,
Ahora entiendo bien lo que tratan de atacar científicamente los médicos mediante los fármacos que de paso se ha transformado en un negocio, y finalmente una relación de dependencia entre el paciente y la droga, o sea, otro problema y GRATIS … se llama «Relación de dependencia a las drogas, fármacos o remedios» y eso es lo que muchas personas no se dan cuenta.
Lo que hacen es que con el fármaco tratan de ingresar químicos que reemplacen los químicos encontrados en gente normal, y que carecen quienes sufren un tipo de depresión. Y quién dijo que la mente deja de producir o produce sólo esos químicos que los fármacos tratan de reemplazar o neutralizar ?
Obvio que con esto no se arregla el problema, porque la mente seguirá produciendo o No produciendo cierto tipo de químicos al seguir en ese estado de depresión. O sea, sacas el remedio o la droga y el problema sigue allí. Y en ese caso … bravo …!!! ya te deshiciste de un problema, pero eso es considerado grave por muchos porque el dependiente puede ser que haga cualquier cosa.
Pero quién dice que eso es la solución ? Obvio que no la es.
Mi visión para personas que aún están dependientes de las drogas es que prueben PNL, sin la droga por el día que están haciendo la terapia con Roberto, y vayan viendo que sucede, con cuidado. Así se les quita el miedo de dejar las drogas y de paso al sacarse el problema con PNL ya no necesitarán de las drogas.
Doy gracias que en mi caso eso de la drogas no es mi problema, no niego que alguna vez ingerí algún remedio, y cuando frente a muchos médicos me la ofrecieron les dije: NO Gracias.
Gracias.
Hola, eso es una gran verdad que en muchos casos el pequeño problema está en que al acudir a un «experto» terminan drogados aunque para ellos es «medicación», lo bueno sería que con eso se curen del mal pero ni sucede así, esto va para largo ya que con el tiempo su «medicación» se extiende porque lo primero ya no le surte el efecto esperado que con esto el mal se hace más grande. Ahora con P.N.L. no sucede así, ya que no se toca una sola pastilla y los efectos son duraderos y de paso no hay el riesgo de una «recaída» que es muy famosa en ese medio de la psiquiatría.
Gracias por el comentario
Roberto Sanahuano
Programador Neuro-Lingüista
Terapias cambios personales