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Ver la belleza del entorno es una cualidad que muy pocos lo pueden tener. Es increíble como hay personas que teniendo todo en su interior y en especial lo que se podría decir como arte, no tienen la capacidad de ver más allá de su nariz. Todos tenemos la capacidad de ver y muchos se dan el lujo de excluir casi todo de su rango de comprensión.
La belleza en si no tiene que ver exclusivamente con el arte porque si lo quiere ver bello lo hace, ahora si lo quiere ver como algo inconcluso e incomprendido pues lo hará. Entonces la belleza a la cual me refiero es a la que tenemos delante de nosotros todo el tiempo. Posiblemente muchos dirán «Y a este qué le pasó, parece que está desvariando» pero no es así.
Para la mayoría lo que más le interesa para el vivir es tener lo necesario y algunos más de lo que deberían tener y nada más, justamente a esas personas la vida se les torna un poco más difícil pero como ellos lo toman como normal se adaptan al medio. Siempre ven como que la vida es una lucha.
La vida no es una lucha
Acaso en el transcurso de su vida no han escuchado una frase parecida a: «La vida es una lucha por lo tanto hay que luchar para vivir» pues eso es lo que siempre van a encontrar, una verdadera lucha en el cual el campo de batalla es su entorno. ¿Qué pasaría si a su entorno lo ven de una forma diferente?
Me refiero a ver la belleza del entorno que le rodea, ¿Cuántas veces usted se ha dado cuenta de lo bonita que está la mañana? Estoy casi seguro que la mayoría después que se han rascado el trasero por no decir otro lado, se lamentan de lo poco que han dormido o en actitud pesimista se ponen a pensar en que tienen que ir a trabajar.
Sin ser alarmista, ¿Acaso alguna vez ha visto una tarde gris como algo fresco y agradable? Pienso que no porque lo primero que dicen: «Que feo, está triste la tarde» ¿Por qué donde uno ve tormenta otro ve agua? Esa ventaja es la que se pierde cuando uno deja de ser niño, es decir, que si están jugando en la tarde con sol de pronto se pone gris pero para ellos no es de importancia.
La importancia que le dan es a la belleza de la inocencia que hace que no vean la tristeza de otros sí no la oportunidad de jugar de otra forma, por lo tanto si la tarde se torna gris para ellos no es de importancia y si llueve ¡Viva la fiesta! Porque el juego ha cambiado ahora se juega con la lluvia. Para un niño siempre hay algo bello porque vivir.
Todo se puede aprender
Como ya saben que todo se aprende pues es hora de aprender a ver la belleza del entorno. Para empezar cuando amanezca sonrían, que si está fría, excelente, que si está el sol ardiente, excelente porque tiene la oportunidad de ver con más claridad su entorno. Mientras más sonrían más gracias le da a la vida que tiene.
Ahora, si su vida es triste es porque así usted lo quiere pero usted tiene la capacidad de cambiar su frecuencia, que si su vida es confusa pues bien ¡Y qué! A quién le interesa ya que sólo es su interés pero así mismo usted tiene el poder de cambiar su vida, ¿Qué no sabe cómo? Bueno en este caso busque ayuda.
Deje su ego lejos de usted
Ahora, si su orgullo es muy grande pues es hora que lo guarde y hable. Si no sabe dónde ir pues le tocará pagar por la ayuda pero en todo caso es por su bien, pues cuando despeje su mente de lo que le ha tenido atrapado-a, usted se dará cuenta de la belleza del entorno que está ahí sólo que usted no se da cuenta porque en apariencia está ciego-a.
Para muchos posiblemente no estén de acuerdo pero esto es solo para los que le interesan vivir en paz, hay personas que viven recordando lo que les pasó y llegan incluso a odiar a lo que por inercia lo relacionan, ah…pero ellos quieren ser felices ¡¿Cómo mierda lo van hacer si viven recordando lo que le hizo él fulano o fulana?!
Así toda su vida estará llena de sombras aunque el día esté lleno de resplandor maravilloso, que para alguien siempre será «¡Qué resplandor!» en tono despectivo. ¿Es interesante verdad? Aunque para algunos lo que escribo no es así . Todo depende del cristal con que lo quiera ver y yo prefiero ver la belleza del entorno.
¿Qué hace a una persona observadora?
La observación es una habilidad crucial que influye en cómo percibimos y entendemos el mundo que nos rodea. Algunas personas son naturalmente más observadoras que otras, lo que les permite captar detalles que a menudo pasan desapercibidos para los demás.
Pero, ¿Qué hace a una persona observadora? ¿Es simplemente una cuestión de mirar, o hay algo más profundo en juego? Este artículo explora las características de las personas observadoras, la diferencia entre mirar y ver, y cómo la observación puede enriquecer nuestra vida cotidiana.
Antes de profundizar en qué hace a una persona observadora, es importante definir qué entendemos por observación. Mirar implica simplemente dirigir la vista hacia algo, mientras que ver implica comprender, interpretar y extraer significado de lo que se está observando.
Una persona puede mirar a su alrededor sin realmente ver lo que hay frente a ella. La observación es un acto consciente que requiere atención y enfoque. Implica la recopilación activa de información a través de los sentidos, así como la capacidad de procesar esa información para comprender su relevancia.
Esta distinción entre mirar y ver es fundamental para entender lo que hace a una persona verdaderamente observadora. Las personas observadoras suelen poseer ciertas características que les permiten captar detalles importantes en su entorno.
Las personas observadoras tienen la capacidad de notar detalles sutiles que otros pueden pasar por alto. Esto puede incluir gestos, expresiones faciales o incluso cambios en el ambiente.
La curiosidad impulsa a las personas a explorar y descubrir más sobre lo que están observando. La curiosidad activa el interés por aprender y comprender el contexto de lo que se está viendo.
La empatía y la concentración
Las personas observadoras a menudo son empáticas y pueden captar las emociones de los demás a través de su lenguaje corporal y expresiones. Esta capacidad les permite comprender mejor las interacciones humanas.
La habilidad de concentrarse en lo que están observando les permite procesar información de manera más efectiva. La concentración ayuda a filtrar distracciones y permite a la persona enfocarse en los detalles relevantes.
Estas características son solo algunas de las cualidades que hacen a una persona observadora. Sin embargo, la observación no solo se trata de habilidades innatas, sino que también puede desarrollarse y fortalecerse con la práctica.
La observación es una habilidad que se puede cultivar a través de la práctica y la atención consciente. La meditación y otras prácticas de atención plena pueden ayudar a agudizar la conciencia de uno mismo y del entorno.
Estas prácticas fomentan la observación activa y la apreciación de los detalles. Llevar un diario de observaciones o anotar lo que se nota en el entorno puede ayudar a entrenar la mente para captar más información.
Este ejercicio puede fomentar una mayor conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor. Hacer un esfuerzo consciente por explorar diferentes entornos y situaciones puede ayudar a mejorar la observación.
Visitar nuevos lugares, interactuar con personas diversas o participar en actividades diferentes puede ampliar la perspectiva y la capacidad de observación. A través de estas prácticas, cualquier persona puede volverse más observadora y consciente de su entorno.
Una de las preguntas clave que surge es: ¿Por qué algunas personas miran todo pero nunca ven el contenido? La respuesta a esta pregunta puede estar relacionada con varios factores. Algunas personas pueden sentirse desconectadas emocionalmente de lo que están observando, lo que les impide captar el significado detrás de las imágenes.
La sociedad a menudo nos enseña a ver las cosas de una manera superficial. Las personas pueden ser influenciadas por normas sociales que desincentivan la curiosidad o la profundización en los detalles.
Si una persona no está interesada en lo que está observando, es probable que no vea el contenido significativo. La falta de interés puede ser una barrera para una observación más profunda y significativa.
Es crucial desarrollar la habilidad de ver el contenido detrás de lo que observamos para obtener una comprensión más completa de nuestro entorno. La observación efectiva puede tener un impacto profundo en la vida cotidiana.
La capacidad de observar y comprender las emociones y reacciones de los demás puede mejorar las relaciones interpersonales. La empatía que proviene de una buena observación puede facilitar la comunicación y el entendimiento mutuo.
En el ámbito laboral, la observación es fundamental para identificar problemas, oportunidades y áreas de mejora. Un empleado observador puede notar detalles que pueden llevar a soluciones creativas y efectivas.
La observación también puede contribuir al crecimiento personal. Ser observador permite a las personas reflexionar sobre sus propias acciones, motivaciones y emociones, lo que puede resultar en un mayor autoconocimiento. La observación efectiva puede enriquecer la vida de una persona en múltiples niveles, desde lo personal hasta lo profesional.
Conclusión
Ser observador va más allá de simplemente mirar; se trata de ver, comprender e interpretar el contenido de lo que se observa. Las personas observadoras tienen la capacidad de captar detalles, mostrar curiosidad, empatía y concentrarse en el momento presente. Aunque algunas personas pueden mirar todo sin ver el contenido, desarrollar la habilidad de observación es posible a través de la práctica y la atención consciente.
Fomentar una observación profunda y significativa puede tener un impacto positivo en nuestras relaciones, nuestra vida laboral y nuestro crecimiento personal. Al final, ser observador nos ayuda a comprender mejor el mundo que nos rodea y a encontrar un mayor sentido en nuestras experiencias cotidianas.