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Cómo Curar Mis Heridas Emocionales. Es muy raro que alguien esté preocupado por su estado emocional, al extremo que se haga la pregunta, ¿Cómo curar mis heridas emocionales? Ya que por lo general, muchos llegan a convencerse que la vida es como se presenta.
Las heridas emocionales son tan pesadas que al pasar el tiempo, lo único que se consigue es una cicatriz, la misma es representada por una actitud que hace a la persona, comportarse de forma contraria a lo que debería ser.
Esta actitud es lo que define entre caer mal o bien aunque esto no signifique que debe ser así. Una persona que no ha solucionado sus problemas emocionales, suele generar heridas que creen que con el tiempo estarán curadas.

Al pasar el tiempo se dan cuenta que su vida ha cambiado, que no es como ellos-llas solían ser pero si tienen un comportamiento muy diferente de que lo que era. Esta forma de ver la vida les da para pensar que sus heridas han curado, lo que no es así.
Jamás se cura una herida emocional pero si se puede eliminar que no es lo mismo, porque al querer curar (en el caso de alguien con carácter) lo que hace es aceptar que algo pasó y que no se pudo más, por lo tanto, la vida sigue sin más que más.
¿Cómo curar mis heridas emocionales?
Desde luego que esto no quiere decir que la persona ya queda bien, no es así, la persona lo que ha hecho es acostumbrarse a vivir con algo que le pesa, pero asume que al tiempo eso quedará olvidado.
Lo que pasa es que al tiempo, cada día que pasa la idea que «eso ya pasó» se hace fuerte pero como una especie de barrera, que en todo el frente está un cartel que dice «Aquí está lo que pasó» o puede ser una especie de imagen que le indica o mismo.
Esto es lo que se conoce como cicatriz, que cada vez que la vea (igual como en lo físico) se acordará que fue exactamente lo que pasó, haciendo un pequeño repaso y por eso su mente saca a flote los sentimientos y emociones que sintió en ese momento.
Lo mismo sucede cuando le toque ver experiencias ajenas o que le digan algo que pasó con cualquier persona, como tiene una cicatriz emocional, enseguida su mente asociará lo que le pasó con lo que está escuchando o viendo en ese momento.
Por esta razón es que no sirve de nada hacer la idea que lo sucedido ya pasó, ya que tarde o temprano, algo le hará acordarse y cada vez aunque lo vea como algo pasado, le molestará. En algunos casos hasta le causará una mala reacción solo de acordarse.
Ahora, ¿Por qué se pueden eliminar y no curar las heridas emocionales? Ya saben por qué no se deben curar, entonces queda la eliminación, esta se puede hacer así porque toda experiencia que origina una herida, tiene su base en recuerdos mentales.
¿Cómo se crean los recuerdos?
Estos recuerdos son imágenes mentales que se crean directamente, o por intermedio de las palabras y el sentir emocional de la persona. Por esta razón es que se pueden eliminar ya que se quitan las imágenes mentales y el recuerdo desaparece.
Al quitar, cambiar o transformar las imágenes mentales, todo lo que tenía como recuerdo de una experiencia lamentable, pierde fuerza y por eso es que desaparece perdiendo así las emociones negativas que tenía.
No existe una experiencia emocional que no se pueda eliminar, nada en el mundo. Si por ahí se ha topado con especialistas que le dicen que es mentira, por ello le dicen que debe pasar meses y hasta años, salga corriendo porque es una adicción que se crea por ello.
La solución es tan sencilla que mucha gente llega a creer, que no tenían nada. Aunque esta forma de pensar de un cliente, (que llega a olvidarse del tiempo que pasó sufriendo) hace pasar como que el trabajo de un profesional en P.N.L. no es nada, no importa.
El punto principal en esto es que la pregunta que se hace una persona, ¿Cómo curar mis heridas emocionales? Queda en el olvido sin siquiera acordarse que una vez lo hizo. La vida es hermosa como para pasarse sufriendo por algo que no supo solucionarlo.
¿Cómo se originan las heridas emocionales?
Las heridas emocionales suelen originarse en experiencias negativas que impactan profundamente en nuestra mente y en nuestras emociones. Estas experiencias pueden ocurrir en cualquier etapa de la vida, pero a menudo se forman en la infancia o en momentos de vulnerabilidad emocional.
Las relaciones con los padres, hermanos u otros familiares cercanos son una de las principales fuentes de heridas emocionales. La falta de amor, atención, apoyo, o la presencia de abuso emocional o físico pueden dejar cicatrices profundas.
Experiencias traumáticas como el abuso físico, emocional o sexual, la violencia doméstica, o la exposición a situaciones peligrosas o aterradoras pueden crear heridas emocionales duraderas.
Sentirse rechazado o abandonado, ya sea en la infancia por los padres o en la vida adulta por una pareja o amigos, puede generar inseguridades profundas y sentimientos de no ser digno de amor o aceptación.
Cuando las expectativas que se tienen de uno mismo, de los demás o de la vida en general no se cumplen, esto puede llevar a sentimientos de decepción, frustración y tristeza que se convierten en heridas emocionales.
La muerte de un ser querido, la pérdida de una relación importante o la pérdida de algo valioso, como un trabajo o una posición social, puede causar un dolor emocional significativo.
Experimentar situaciones humillantes o vergonzosas, especialmente en público o en momentos formativos, puede llevar a una herida emocional que afecta la autoestima y la autoconfianza.
Comparación y crítica
Las comparaciones constantes con otros, así como las críticas destructivas, pueden dañar la autoestima y generar sentimientos de inferioridad o insuficiencia. Cuando las emociones y sentimientos no son validados o reconocidos por los demás, especialmente en la infancia, se puede desarrollar una sensación de que los propios sentimientos no son importantes o válidos, lo que puede causar heridas emocionales.
Las heridas emocionales pueden influir en cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. A veces, se manifiestan como patrones de comportamiento o creencias negativas que afectan nuestra vida cotidiana. La sanación de estas heridas suele requerir un proceso consciente de introspección, aceptación y, a menudo, el desarrollo de nuevas formas de pensar y sentir.
¿Cómo curar mis heridas emocionales por medio del estoicismo?
Un estoico abordaría las heridas emocionales a través de una combinación de reflexión, autocontrol y aceptación racional de la realidad. La filosofía estoica enseña a manejar las emociones y circunstancias difíciles mediante una perspectiva basada en la razón y la virtud.
Los estoicos creen que el primer paso para enfrentar cualquier problema, incluidas las heridas emocionales, es distinguir entre lo que está bajo tu control y lo que no lo está. Las emociones y experiencias pasadas no siempre pueden cambiarse, pero sí puedes controlar cómo reaccionas a ellas en el presente.
Al enfocarse en lo que está bajo tu control, un estoico evita desperdiciar energía en lo que no puede cambiar. Los estoicos buscan alcanzar un estado de *apatheia*, que no significa insensibilidad, sino imperturbabilidad ante las emociones negativas.
Un estoico trabajaría para no ser dominado por el dolor emocional, sino para observarlo con desapego, reconociendo que las emociones son respuestas naturales pero que no deben gobernar su vida.
Un estoico examinaría la naturaleza de sus emociones para comprenderlas mejor. Al analizar por qué ciertas experiencias generan dolor emocional, un estoico puede verlas con mayor claridad y racionalidad, lo que ayuda a reducir su impacto.
Por ejemplo, puede preguntarse: «¿Por qué esta situación me afecta tanto? ¿Es tan grave como parece?». Practicar la *premeditatio malorum* (previsión del mal). Esta técnica estoica implica imaginar posibles dificultades o sufrimientos antes de que ocurran, lo que ayuda a prepararse emocionalmente y a enfrentar la adversidad con mayor fortaleza.
Si ya se ha experimentado una herida emocional, un estoico puede reflexionar sobre cómo podría haber reaccionado mejor y cómo puede prepararse para futuras situaciones similares.
Buscar la virtud como un objetivo superior
Para los estoicos, la virtud (sabiduría, justicia, coraje, y templanza) es el bien supremo. Un estoico se enfoca en vivir de acuerdo con la virtud, lo que implica actuar con sabiduría y justicia, incluso en medio del dolor emocional. Esto les da un propósito más elevado y les ayuda a no quedar atrapados en su sufrimiento.
Un estoico abrazaría la idea de *amor fati*, o amor al destino. Esto significa aceptar todo lo que ocurre, incluyendo las heridas emocionales, como parte de la vida y del orden natural del universo. En lugar de resistir o lamentar lo que ha pasado, un estoico aceptaría su realidad y se enfocaría en cómo puede crecer o aprender de ella.
Los estoicos valoran la *ataraxia*, o tranquilidad de la mente, como un objetivo central. Resolver heridas emocionales desde una perspectiva estoica implica trabajar para restaurar esta tranquilidad a través de la meditación, la reflexión filosófica y la alineación con los principios estoicos.
Los estoicos enfatizan la importancia de vivir en el presente y no quedar atrapados en el pasado o preocupados por el futuro. Un estoico enfrentaría sus heridas emocionales enfocándose en lo que puede hacer en el momento presente para mejorar su vida, sin dejar que el peso del pasado lo abrume.
Un estoico, en esencia, trabaja para sanar las heridas emocionales cultivando una mente racional, virtuosa y serena, que no se deje llevar por las emociones destructivas y que encuentre fuerza en la aceptación y en la práctica de la virtud.
