Por qué sí funciona Ho’oponopono para una vida mejor

Como sabrán, el mundo de Ho’oponopono lo conozco desde hace algunos años. No puedo afirmar que siempre fue como lo es ahora; al principio tuve muchas dudas sobre cómo y por qué funciona. También pasaron por mi mente pensamientos negativos: por qué no funciona.

Desde luego, en el momento en que me pregunté por qué no funciona, estaba pasando por una crisis nerviosa, con problemas familiares, dificultades en los negocios e incluso conflictos con personas del barrio. Practicaba, pero sin resultados positivos. Lo peor era que, en lugar de mejorar, aparecían efectos secundarios negativos.

Estos efectos eran peores que el problema original (en otro artículo explico por qué no me funcionaba). Me hacían reaccionar con más miedo. No me refiero a un miedo que lleva a huir, sino a uno que provoca reacciones negativas con quienes están cerca de ti. Era como una olla a presión.Por qué sí funciona Ho'oponopono

Esta «falla de Ho’oponopono», por así decirlo, me hacía rechazarlo. Incluso llegué a insultar a quienes lo promovían, pensando que era parte del “new age”, algo sin sentido. Yo quería sanar mi vida, pero en ese momento no entendía en qué consistía ni cómo funcionaba.

¿Por qué sí funciona?

Con esto quiero dejar claro que no importa tanto cómo funciona ni por qué, porque es como intentar explicar cómo un cambio mental ocurre con PNL (soy máster en la materia). Solo sé que, aplicando ciertos métodos que incluso he modificado, funciona muy bien. No sé cómo lo hace el cerebro dentro de sus complejas conexiones, pero lo hace.

Como ya saben, Ho’oponopono es la práctica de sanar tu vida, y cuando lo logras, todo tu entorno también mejora. Ahora bien, muchos me preguntan: ¿Qué tiene que ver el entorno con mi vida? Tiene mucho que ver. Lo que eres se refleja en los demás, y eso es justamente lo que cambia: tu imagen personal.

Para que esta práctica funcione —porque sí funciona— debes tener conciencia de que los problemas están en ti porque, en algún momento, tú decidiste que así sea. Esto significa que si no aceptas tu responsabilidad, generas lo que se conoce como resistencia. Y esa resistencia es lo que convierte tu vida en una carga tremenda.

Una vez que aceptas lo que ocurre —sin sentir culpa, solo reconociendo que hay un problema en tu vida— te darás cuenta de que la resistencia empieza a ceder. Esto no significa que el problema se solucione de inmediato, pero sí que has quitado un poco de peso emocional. Y eso ya es un gran comienzo.

¿Por qué sí funciona Ho’oponopono?

Una prueba de fuego, y razón por la cual afirmo que sí funciona Ho’oponopono, fue un episodio que viví en mi propio negocio. Cierto día, un cliente llegó y me compró algunas piezas de repuesto. Al día siguiente, regresó con cara de querer destruir todo. Lo primero que me dijo, con tono acusador, fue: «lo que me vendió está roto».

Por supuesto que me sorprendí. En este tipo de ventas, los precios y la calidad son fundamentales, pero lo que este señor me mostró no tenía justificación: la pieza estaba realmente rota. Llegó con la clara intención de armar un escándalo. ¿Y qué hice? Busqué ayuda en Ho’oponopono.

Mientras él insistía en que lo había estafado, no consideró que quizás la culpa era del técnico que instaló la pieza. Entonces le pedí unos minutos y me dirigí a mi oficina. Allí, con la puerta cerrada, recurrí a lo único que en ese momento podía ayudarme: empecé a repetir las frases conocidas del Ho’oponopono: “Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo”. Las recité, sin exagerar, al menos diez veces.

Ho’oponopono funciona porque transforma la energía. Mientras repetía esas frases, mi mente se calmó. Salí con otra actitud. En lugar de enfrentar al cliente con la misma tensión con la que él llegó, le hablé con tranquilidad, reconociendo que íbamos a revisar el caso para encontrar una solución. El cambio fue inmediato: su postura se suavizó y, finalmente, admitió que quien instaló la pieza pudo haber cometido un error.

Este tipo de situaciones confirman por qué sí funciona Ho’oponopono. No se trata de magia, sino de cambiar tu energía interna para transformar lo que sucede afuera. No resolvió el problema en sí, pero cambió completamente la forma en la que se desarrolló. La práctica tiene sentido cuando logras ver cómo te devuelve la paz en medio del caos.

Efectos de la frase gatillo

No pienses que enfrentar una situación así se siente en paz desde el principio. Cuando tienes al frente a alguien con el rostro lleno de enojo, que parece estar a punto de explotar, mantener la calma no es fácil. Empecé a repetir las palabras gatillo tan rápido y nervioso que apenas podía concentrarme.

Sin embargo, algo empezó a cambiar. A medida que caminaba hacia el cliente, noté que el nerviosismo se iba disipando, segundo tras segundo. Las frases gatillo actuaron como un filtro mental. Al acercarme, pude ver con más claridad lo que realmente había ocurrido.Ho'oponopono

Observé la pieza rota y noté que estaba mal colocada. Según el instalador, “así venía”, pero le expliqué al cliente cómo funcionaba correctamente la pieza si se colocaba como debía. Para mi sorpresa, el hombre bajó la cabeza. Fue como si se hubiera desconectado del conflicto.

Es cierto que tal vez la pieza venía con algún defecto de fábrica, pero eso dejó de importar en ese momento. Lo importante fue que la energía de la situación cambió por completo. El enojo que traía, casi como si fuera una bomba a punto de estallar, se disipó sin dejar rastro.

Ese es el verdadero efecto de una frase gatillo cuando se usa con intención. No es magia ni una fórmula exacta, pero tiene poder. Después de escuchar mi explicación, el cliente no solo se disculpó, sino que compró otra pieza y, de paso, adquirió otras cosas más.

Lo que pudo terminar en gritos y pérdidas, terminó en paz y más ventas. Usar una frase gatillo no garantiza que todo se solucione al instante, pero sí cambia tu forma de estar presente. Y cuando tú cambias, lo que ocurre afuera también empieza a cambiar.

Cuando Ho’oponopono evita una pelea que parecía inevitable

El resultado de aquella situación con el cliente fue positivo: todo terminó bien y, de paso, en buenos términos. Pero no fue casualidad. Fue el efecto directo del Ho’oponopono aplicado en un momento de alta tensión. Esa experiencia me dejó claro que sí funciona, y no fue la única vez que lo comprobé.

Otra situación fue aún más tensa. Caminaba por la calle cuando, sin motivo aparente, un desconocido me enfrentó con insultos. Según él, lo había mirado mal al pasar a su lado. Aquel sujeto, más corpulento y agresivo, parecía decidido a atacarme. Pero mientras se acercaba con actitud violenta, yo repetía en silencio las palabras gatillo de Ho’oponopono. Esta vez, no tenía miedo. Estaba en paz.

Las dije unas tres veces: “Lo siento, perdóname, gracias, te amo”. Sin embargo, sentí que esta vez debía ir más allá. Cambié mi enfoque y empecé a repetir otra versión más dirigida: “Lo siento, perdóname por lo que está en mí que hace que tú me veas como tu enemigo. Gracias. Te amo.” Repetí esa frase unas tres veces más, sin esperar nada, solo con la intención de limpiar la situación.

Y sucedió lo inesperado: el hombre simplemente se detuvo, me miró y se alejó sin decir una palabra más. Lo que parecía una confrontación inevitable se desvaneció. Así de potente puede ser el Ho’oponopono cuando se aplica desde la conciencia, no desde el miedo.

Podría enumerar muchas más experiencias similares. El método funciona, pero cada persona debe aprender a usarlo desde un estado interno adecuado. Si no ves resultados, tal vez no sea porque Ho’oponopono falla, sino porque algo dentro de ti aún no está alineado. Y justo por eso, seguir practicando tiene más valor de lo que imaginas.

Por qué sí funciona la fe o la confianza

La fe y la confianza están estrechamente relacionadas, pero no son exactamente lo mismo. Comprender la diferencia entre ambas puede ayudarnos a valorar por qué funcionan en distintos ámbitos de nuestra vida.

La fe es una creencia profunda y firme en algo trascendental o espiritual, que no requiere evidencia tangible o científica para sostenerse. Es aceptar y confiar en aquello que no puede ser demostrado de forma empírica, sino que se siente desde el corazón o la intuición. La fe se mantiene incluso cuando no hay pruebas visibles, y es una fuente esencial de esperanza y propósito, especialmente en momentos difíciles.

Por otro lado, la confianza se basa en la experiencia y la evidencia. Es la creencia en la fiabilidad, integridad o habilidad de una persona, sistema o situación, sustentada en pruebas concretas y patrones consistentes. La confianza surge del conocimiento previo y de la observación de que algo o alguien cumple con lo esperado. Esta puede cambiar según nuevas experiencias, fortaleciéndose o debilitándose.

Ambas, la fe y la confianza, funcionan porque cumplen necesidades emocionales y mentales esenciales: la fe nos conecta con una fuerza mayor o con nuestro interior, otorgándonos fortaleza en lo intangible; mientras que la confianza nos permite vivir seguros y tomar decisiones basadas en certezas y resultados observados.

En el camino del Ho’oponopono, tanto la fe como la confianza son pilares que sostienen la práctica. La fe impulsa a creer en la sanación y en la transformación, aun cuando no se ven cambios inmediatos. La confianza permite persistir, basándose en los resultados obtenidos y en la experiencia acumulada.

Por eso, comprender por qué funcionan la fe y la confianza es fundamental para avanzar en cualquier proceso de cambio interior. Sin fe, perdemos la conexión con lo invisible; sin confianza, dudamos de lo visible. Ambas juntas nos guían para sanar, crecer y transformar nuestra vida.

Las diferencias clave entre la fe y la confianza

La fe no requiere pruebas ni evidencia tangible; se basa en una convicción interna profunda. En cambio, la confianza se fundamenta en pruebas, experiencia y evidencia observable. Mientras la fe suele aplicarse a lo espiritual o a aquello que supera la comprensión racional, la confianza se utiliza en situaciones cotidianas y relaciones basadas en hechos concretos.

Otra diferencia importante es que la fe tiende a ser inmutable y puede persistir incluso cuando la evidencia parece contradecirla. Por su parte, la confianza es más flexible y puede variar según nuevas experiencias o información que se reciba.Ho' oponopono

La fe implica creer en un poder superior, en la bondad esencial del ser humano o en un destino positivo sin necesidad de justificación. Por ejemplo, la confianza es esperar que un amigo cumpla una promesa porque ha demostrado ser confiable antes, o confiar en que un proyecto tendrá éxito basado en un plan bien estructurado y resultados previos.

Ambos conceptos son esenciales y cumplen funciones distintas en nuestras vidas. La fe aporta fuerza y esperanza en momentos donde la lógica y las pruebas no alcanzan, mientras que la confianza es clave para construir y mantener relaciones y expectativas fundamentadas en la realidad y la experiencia.

En la práctica de Ho’oponopono, tanto la fe como la confianza juegan roles complementarios que favorecen la reconciliación y el perdón, cada una desde su perspectiva particular.

Confianza o fe en Ho’oponopono

La fe en el contexto de Ho’oponopono implica una creencia profunda en la eficacia y el poder del proceso, incluso sin necesidad de evidencia tangible inmediata. Es la aceptación de que esta práctica tiene un efecto positivo en la limpieza de memorias negativas y la sanación emocional.

Practicar Ho’oponopono con fe significa mantenerse abierto a sus beneficios, confiando en que funcionará, aunque los resultados no sean visibles de inmediato. Esta fe proporciona la motivación interna necesaria para continuar la práctica con constancia.

Por otro lado, la confianza en Ho’oponopono se basa en la experiencia personal o en testimonios de quienes han practicado la técnica y han comprobado resultados positivos. Es creer en la efectividad del proceso sustentándose en evidencia concreta o en experiencias previas.

Practicar con confianza implica esperar resultados favorables porque se tiene conocimiento o referencia de su éxito. Esta confianza impulsa a mantener la disciplina y la regularidad, pues se anticipan cambios positivos basados en pruebas anteriores.

Ambas, la fe y la confianza, son fundamentales para aprovechar al máximo Ho’oponopono, ya que permiten una conexión más profunda con la técnica y aumentan la probabilidad de experimentar sus beneficios reales.

Combinación de fe y confianza

En la práctica de Ho’oponopono, tanto la fe como la confianza se complementan y resultan beneficiosas. La fe te permite iniciar y mantener la práctica sin requerir evidencia inmediata, siendo fundamental para perseverar, especialmente cuando los resultados aún no son visibles.

La confianza, basada en la experiencia personal o en testimonios de otras personas, ofrece una razón lógica para continuar la práctica, con la expectativa de que los cambios positivos llegarán con el tiempo. Así, la combinación de fe y confianza fortalece tu compromiso con Ho’oponopono. La fe impulsa el comienzo y la constancia, mientras que la confianza, construida a partir de resultados y experiencias, refuerza la convicción y el empeño en seguir aplicando esta técnica.

Conclusión

Tanto la fe como la confianza son pilares importantes en la práctica de Ho’oponopono. La fe te impulsa a comenzar y a mantener la práctica aun cuando no ves resultados inmediatos, mientras que la confianza, basada en experiencias y testimonios, fortalece tu compromiso y te motiva a continuar.

Al combinar ambas, se crea un equilibrio que facilita la sanación y el crecimiento personal a través de esta técnica ancestral. Reconocer y cultivar tanto la fe como la confianza te ayudará a aprovechar al máximo los beneficios de Ho’oponopono, llevando una vida más armoniosa y consciente.

4 comentarios en «Por qué sí funciona Ho’oponopono para una vida mejor»

  1. Hola Roberto, te quería hacer una consulta. Llevo tiempo aplicando el hoponopono, sin expectativas y con mucha insistencia, para la venta de un piso y para que mi hijo deje de ser víctima de otros. El caso es que l no consigo que ocurra nada o solo resultados muy leves. Por ejemplo, aparecen compradores, pero que no obtienen la financiación del banco…. Todo parece que se va a arreglar, pero nada cambia. Según tu experiencia, qué podría hacer para que sea más efectivo?
    Muchas gracias por responderme.
    Teresa.

    1. Hola, la expectativa que tienes es el problema, dices que no, pero la insistencia es expectativas. Lo que tu hijo debe aprender a resolver sus problemas, posiblemente tenga mucho temor en su interior, ya que eso hace que no pueda responder de la mejor forma, esto es no hacer caso o reírse de lo que hacen.

  2. Hola! yo llevo un tiempo practicando Hoponopono y la verdad es que no he notado nada.. ni bueno, ni malo ni regular… si lo correcto para mi es que no pase nada…. para que seguir practicándolo? muchas gracias!

    1. Cuando sucede eso, suele ser porque no lo haces bien o no te has enfocado en el punto para lo que quieres usar ho oponopono. Ejemplo: si tu problema es que tienes miedo a salir a la calle, en sí ese es tu problema, la calle, pero lo que no sabes y que es lo que está escondido en tu mente, es que la razón por lo que tienes miedo es por algo que te pasó en la calle, ahora si usas ho oponopono por el miedo a salir a la calle, desde luego que no tendrás efecto alguno, porque no lo haces dirigido a lo que causó el miedo pero sí al efecto o síntoma, en otras palabras, debes saber que es lo que te origina el problema y no el problema en general, o sea, la causa no es lo mismo que el efecto, pero si el camino para que lo sea. Funciona y muy bien. Hay 265 artículos que todavía no he subido sobre el tema de ho oponopono, pero poco a poco lo haré.

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