Indice de contenido
La inseguridad personal es un peligro. Hay personas que son inseguras pero como tienen una capacidad de razonamiento muy buena, no es de mucho cuidado pero cuando la inseguridad personal es un peligro, ya es otra cosa. El riesgo es tan elevado que puede pasar a mayores incluso al crimen y cuando no, el resultado puede ser de consideración como agresiones fuertes.
Cuando una persona sufre de inseguridad personal piensa sólo en su seguridad pero, para que esto surta el efecto que la persona quiere, requiere de la presencia de otra persona en la cual él se apoya.
Esto suele suceder en los dos lados sea este hombre o mujer con la diferencia que en la mujer tiene un proceso diferente. es decir, adquiere un tipo de dependencia hacia el hombre sin llegar a dominar el entorno.
En cambio en el hombre, la dependencia funciona a nivel de dominación que en este caso es que el hombre es dueño y señor de su pareja, ya que depende de su presencia para sentirse completo pero, su inseguridad es tal que inconscientemente necesita de alguien a quien dominar por el miedo que tiene ante el entorno.
La incapacidad de razonar
Por lo general los mayores casos de este tipo se ve más en personas que tienen poca capacidad de razonamiento, aunque sean personas capacitadas o profesionales y ni que digamos de personas que tienen poca educación. En algún momento mencioné que aun el delincuente no tiene la culpa de delinquir porque simplemente él aprendió a ser cómo es.
De la misma forma, la persona que actúa basado en su inseguridad no lo hace porque él quiso hacerlo así por que sí, para tener una acción hasta llegar al extremo de agredir físicamente, tiene que haber visto en alguna parte cuando él era muy niño por lo tanto se originó un trauma, que con el pasar del tiempo se convierte en actitud.
Incluso muchos llegan a pensar que es un acto varonil el atacar a su pareja de esa forma. Hoy me sorprendí al ver en uno de los diarios de la ciudad, la imagen de una señora muy joven que prácticamente estaba desfigurada. Claro que si quiero ser optimista diría «Ah, no es mucho…sólo le partió en el entrecejo y tiene como cinco o seis puntos, tiene un ojo cerrado de la hinchazón sin dejar de lado una herida en la oreja y varios traumas en el cráneo».
Si piensan que es poco, ¿Dónde dejan el verdadero trauma mental que origina semejante ataque que cobardemente sufrió dicha señora? Por lo tanto en esto no se puede ser optimista. La inseguridad personal es un peligro si la persona no se percata que sufre de dicho mal. Una clave de ello son los celos.
Cuando alguien es centrado
Si usted ha llegado sentir celos y ha logrado controlar al extremo de tomar decisiones acertadas, de esa forma se llega a un entendimiento sea para separarse junto con el divorcio o, se arreglan los impasses que han hecho su vida un infierno, pues lo felicito ya que ha demostrado que es una persona centrada.
Ahora, ¿Qué pasa con aquellas que no han podido entender los mensajes de la vida, por la cual le dicen que una relación no va más? Pues ellos sienten que el mundo se les acaba y como son personas, que se han hecho dependientes prácticamente de la víctima que aunque ellos no lo saben, sin embargo actúan como si lo fueran.
La inseguridad no sólo se lo ve en las relaciones de parejas, también se lo ve en relación de negocios, hermanos y por qué dejar de lado en los amigos o compañeros de trabajo. Para que esto funcione de esa forma se necesita de dos personas y que una de ellas sea el que se siente en peligro, entonces antes que él sea prefiere que sea el otro.
En este caso si usted ha llegado a sentir los síntomas de que se siente que depende de alguien en extremo, pero tiene miedo de que ese alguien algún día le diga «Basta» piense muy bien porque la inseguridad personal es un peligro.
¿Qué hace que una persona trate mal a su pareja?
El maltrato en una relación de pareja es un fenómeno complejo que involucra múltiples factores emocionales, psicológicos, sociales y culturales. Puede manifestarse de varias formas, como abuso verbal, emocional, físico o psicológico, y, a menudo, tiene raíces profundas en las experiencias y creencias personales de quien lo ejerce.
Sin embargo, para comprender completamente este problema, es necesario explorar las razones por las que una persona maltrata a su pareja y abordar la cuestión de la responsabilidad o la culpa en estos casos.
Quienes maltratan a sus parejas a menudo cargan con heridas emocionales de la infancia o experiencias pasadas que no han sanado. El trauma no resuelto puede generar patrones de comportamiento dañinos, como la necesidad de controlar a los demás o proyectar inseguridades internas en la pareja.
Por ejemplo, alguien que creció en un ambiente de abuso puede repetir esos comportamientos porque los normalizó desde temprana edad. Las personas con baja autoestima pueden maltratar a su pareja como un mecanismo de defensa.
Al humillar o controlar a la otra persona, buscan sentirse superiores para ocultar su propia inseguridad. En este caso, el maltrato no es tanto un reflejo del comportamiento de la pareja sino de las inseguridades internas de quien lo ejerce.
En algunas culturas y entornos, existen ideas rígidas sobre los roles de género que promueven el control y la dominación en las relaciones. Una persona puede maltratar a su pareja porque cree que es su «derecho» o «obligación» tener el control. Estas creencias tóxicas sobre la autoridad dentro de la relación perpetúan el maltrato y dificultan su resolución.
Dependencia emocional y miedo al abandono
El maltrato puede surgir como una forma de evitar el abandono. Quien teme perder a su pareja puede intentar mantenerla cerca a través del control o la manipulación emocional. En estos casos, el maltratador cree que si mantiene a la pareja en un estado de sumisión o dependencia, no lo abandonará, aunque este comportamiento termine por destruir la relación.
El consumo de alcohol o drogas, así como trastornos emocionales como la depresión o el trastorno de personalidad, pueden contribuir al maltrato. Sin embargo, aunque estas condiciones influyen en el comportamiento, no justifican el abuso. La falta de autocontrol puede intensificarse bajo estas influencias, pero sigue siendo responsabilidad del individuo buscar ayuda.
Formas de maltrato en una relación
Incluye humillaciones, críticas constantes, manipulación y menosprecio. Es una de las formas más invisibles pero más destructivas de maltrato. Va desde empujones hasta agresiones graves. Este tipo de maltrato no solo causa daño físico, sino que también genera miedo y sometimiento. Insultos y gritos son comunes en esta modalidad. Las palabras hirientes pueden destruir la autoestima y la confianza de la pareja. Impedir que la pareja trabaje o tenga acceso al dinero para mantenerla en una situación de dependencia.
Prohibir o limitar las relaciones con amigos y familiares, generando dependencia emocional del maltratador.
¿Quién tiene la culpa?
La responsabilidad del maltrato recae siempre en quien lo ejerce. El maltrato no es justificable bajo ninguna circunstancia, y cada persona es responsable de sus acciones y decisiones.
Sin embargo, comprender las causas no implica exculpar al maltratador, sino ayudar a identificar qué factores contribuyen a estos comportamientos y cómo prevenirlos o tratarlos. A continuación, abordamos algunas perspectivas sobre la culpa y la responsabilidad.
El maltrato es una elección consciente o inconsciente. Aunque factores como el entorno familiar, los traumas o los problemas emocionales puedan influir, es el maltratador quien decide actuar de forma abusiva.
Las personas tienen la capacidad de reconocer sus comportamientos dañinos y buscar ayuda, pero a menudo eligen no hacerlo por miedo a perder poder o control sobre la pareja. Es importante señalar que ninguna situación justifica el maltrato.
Los conflictos y desacuerdos en la pareja deben resolverse mediante la comunicación, no a través de la violencia, el control o el abuso. La víctima de maltrato no tiene la culpa de lo que le ocurre.
A menudo, las víctimas son manipuladas para creer que de alguna manera «provocan» el maltrato o que deben cambiar para evitarlo, lo que solo perpetúa el ciclo de abuso. Este tipo de manipulación psicológica, conocido como «gaslighting», es una estrategia que los maltratadores utilizan para trasladar la culpa a la otra persona y evitar asumir la responsabilidad de sus acciones.
Sin embargo, es fundamental que la víctima reconozca que tiene el poder de salir de la situación y buscar ayuda. Si bien no es responsable del maltrato, debe tomar decisiones que prioricen su bienestar emocional y físico.
La responsabilidad compartida en la dinámica de la relación
En algunas relaciones, ambas personas contribuyen a una dinámica disfuncional, pero esto no significa que ambas tengan la misma culpa cuando hay maltrato. Es posible que ambas partes tengan conflictos sin resolver, pero el abuso nunca es una respuesta válida.
La responsabilidad compartida solo se aplica en la medida en que ambos deben comprometerse a resolver los conflictos de manera saludable, pero el maltrato sigue siendo inexcusable.
El maltrato deja consecuencias profundas en la salud emocional, física y psicológica de la persona afectada. Las víctimas suelen experimentar ansiedad, depresión, baja autoestima e incluso trastorno de estrés postraumático.
Por eso es fundamental que tanto la víctima como el maltratador reconozcan la necesidad de ayuda profesional para romper el ciclo de abuso. Es crucial que busque apoyo en familiares, amigos o profesionales de la salud mental.
La red de apoyo es vital para salir de una relación abusiva y sanar las heridas emocionales. Aceptar la responsabilidad es el primer paso para cambiar. La terapia y el trabajo emocional pueden ayudar a identificar las causas del comportamiento abusivo y desarrollar formas saludables de relacionarse.
Cómo romper el ciclo de maltrato
Reconocer el maltrato y entender sus efectos es fundamental para romper el ciclo. La terapia, tanto individual como de pareja, puede ayudar a resolver conflictos y patrones destructivos. La víctima debe aprender a establecer límites y exigir respeto en la relación. Las relaciones saludables se basan en la empatía, la comunicación y el apoyo mutuo.
El maltrato en una relación de pareja es un problema complejo que tiene raíces en factores emocionales, culturales y personales. Aunque las circunstancias influyen, la responsabilidad del maltrato recae exclusivamente en quien lo ejerce.
No hay justificación válida para tratar mal a una pareja, y el cambio solo es posible cuando la persona reconoce su comportamiento y busca activamente mejorar. Por su parte, la víctima nunca debe asumir la culpa del maltrato, aunque sí tiene el poder de tomar decisiones que la alejen de esa situación. La clave para romper este ciclo está en la responsabilidad individual, la búsqueda de ayuda y la promoción de relaciones basadas en el respeto y la igualdad.
me re sirvio para el cole..eprendi muchoo gracias..
Me alegra mucho y más que alegre me siento en paz de saber que lo que tengo en conocimientos es para mucha gente y que le puede servir para un buen vivir. Si tienes tiempo te invito a seguir leyendo porque hay 505 artículos que te pueden servir de mucho.
Gracias por la visita.