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Tener una falsa personalidad. Es increíble como las personas se hacen notar con su falsa personalidad que incluso, hasta en la red tienen su pisada fuerte. Indagando sobre este tema, me encontré con blogs que tienen la información muy parecida, incluso las mismas palabras. Si una persona que está en una investigación sobre este tema, no va a poder en sí concretar una valiosa información debido a que casi todos tienen lo mismo.
El tener una falsa personalidad da como punto principal el ser falso hasta con uno mismo, aunque la idea principal no es engañarse sino dar una imagen que aunque ajena, sea aceptada como propia para los que le rodean. Se habla de vanidad pero pienso que la vanidad si la vemos del punto religioso, es tomado como arrogancia de creerse más que otros incluso que no necesita de Dios.
Pero en este caso quién no ha sido vanidoso si incluso hasta los niños más pequeños lo han sido, en especial las niñas y con esto no se precisa de que se crean más ni que sean arrogantes porque ni siquiera saben lo que significa. Pienso que es algo que nace de acuerdo a quienes les rodean.
¿Qué es una falsa personalidad?
El tener una falsa personalidad es cuando alguien quiere parecer algo que no lo es, que incluso imitan hasta la forma de vestir. En casos graves de falta de personalidad es cuando lo que hacen lo hacen en momentos que creen que van a impresionar a alguien, llegando a extremos de cambiar hasta la forma de caminar.
Usted puede darse cuenta con mucha facilidad en especial cuando van a contestar el teléfono, que mientras habla con usted tiene un tono de voz digamos normal (que en este caso es lo más apropiado) pero de pronto suena el teléfono y hasta la posición del cuerpo cambia y la voz sea hace más fuerte, con la intención de demostrar al interlocutor de que es una persona firme.
Claro que esto no lo está pensando porque es algo inconsciente. Siempre cuando hablo con alguien de este tema me acuerdo de alguien que conocí hace más de treinta años. En esos tiempos, apenas era un joven universitario que tenía muchas ideas y nunca había conocido a un señor como el que me lo presentaron. Dicho señor el cual era dueño de una empresa de limpieza y con muchos empleados.
Muy altivo, bien vestido y hablaba de una forma fuerte y segura y yo, claro que quedé impresionado incluso llegué a pensar «Cuando sea grande quiero ser como él», el amigo que fue el causante de tal impresión porque hizo la presentación se sonreía pero, no porque él sabía quién era ese señor sí no por la cara de admiración que puse.
Cuando se cae la mascara personal
Al menos el tiempo que lo vi y en algunas ocasiones no dejaba de admirarlo. El tiempo pasó y como unos diez años después y cuando ya tenía mi empresa, lo volví a ver solo que esta vez fue diferente, yo ni siquiera lo había reconocido incluso este señor estaba hablando cerca de mi y nada que ver, cómo cualquier persona.
De pronto alguien se acerca y este señor que no lo había reconocido empezó hablar de una forma que yo ya conocía, es decir, lo tenía registrado en mi banco de memoria de mi cerebro que cuando escuché esa voz, esa voz actuó como un disparador y activa un anclaje en mi cerebro que es reconocido por mi mente, el cual ordena al cerebro que saque todos los archivos que están registrados por esa voz.
Para mi sorpresa, empecé a recordar todas las imágenes o películas mentales que tenía bajo esa ancla como era su voz. Los recuerdos mentales que tenía era de una persona muy segura y que admiraba pero cuando me di cuenta que esa voz provenía de una boca que minutos antes hablaba como cuando al chavo del 8 lo retan por algo que hizo mal.
Mi desilusión fue grande al extremo que todos los datos de esa persona se fueron desbaratando una más rápido que la otra. En realidad esa persona solo cambiaba en todo cuando estaba en su empresa y en otro lado era nadie, por lo tanto, a eso llamo tener una falsa personalidad que se hace evidente cuando no tienen en que sostenerse.
Sin base no hay personalidad
Es típico encontrar personas con que no saben quienes son porque creen que son alguien pero su verdadera personalidad, se hace evidente en momentos menos esperados. ¿Se han dado cuenta que cuando una pareja pasa a vivir juntos todo se torna medio gris?
Al menos al comienzo pero que toma el rumbo adecuado porque entra la sensatez, lo que no sucede cuando no se han enterado que el problema radica porque uno de los dos no tiene personalidad. Con el tiempo se hace grave porque dicha persona cree ser lo que no es por el hecho de tener una falsa personalidad.
¿Qué bases se necesita para tener personalidad?
La personalidad es el conjunto de características psicológicas y patrones de comportamiento que distinguen a cada persona. Para desarrollar una personalidad sólida, se requieren ciertas bases fundamentales que involucran tanto aspectos internos como externos.
Primero, es importante tener autoconocimiento. Conocer quién eres, tus valores, fortalezas y debilidades te permite actuar de manera auténtica y coherente. El autoconocimiento se construye a través de la introspección y la reflexión sobre experiencias personales, ayudando a definir qué cosas son importantes para ti y cómo deseas presentarte ante el mundo.
La autoestima es otra base esencial. Tener una percepción positiva de uno mismo permite actuar con seguridad, sin depender de la aprobación constante de los demás. La autoestima se cultiva mediante la aceptación personal, el reconocimiento de logros y la capacidad de aprender de los fracasos sin sentirte derrotado.
Otro componente es la capacidad de adaptación. Una personalidad completa no significa ser rígido, sino tener la habilidad de ajustarse a diferentes situaciones sin perder la esencia. Esta flexibilidad ayuda a enfrentar cambios y desafíos de manera efectiva.
La inteligencia emocional también juega un papel importante. Entender y gestionar tus emociones, así como empatizar con los demás, permite establecer relaciones sanas y duraderas. Las personas emocionalmente inteligentes suelen ser percibidas como equilibradas y maduras, lo que refuerza una personalidad atractiva y estable.
Además, desarrollar una visión clara de tus valores y principios te da una base sólida para tomar decisiones. Estos principios actúan como un ancla en situaciones difíciles, evitando que cambies tus convicciones para agradar a los demás.
Por último, es fundamental el aprendizaje continuo y la experiencia social. Interactuar con personas diferentes y vivir experiencias diversas amplía la perspectiva y enriquece la forma en que enfrentas la vida. El aprendizaje constante te permite evolucionar y ajustar tu personalidad con el tiempo.
En resumen
Las bases para tener una personalidad sólida incluyen el autoconocimiento, la autoestima, la capacidad de adaptación, la inteligencia emocional, principios claros y la disposición al aprendizaje continuo. Con estas bases, una persona puede desarrollar una personalidad auténtica, resiliente y capaz de relacionarse de forma efectiva con los demás.
¿Qué motiva a tener una falsa personalidad?
La motivación para adoptar una falsa personalidad puede surgir de diversas razones, muchas de las cuales están relacionadas con la búsqueda de aceptación, protección emocional y adaptación social. Aquí te presento algunos factores clave:
Una de las motivaciones más comunes es el deseo de aceptación social. En un entorno donde se valora cierta imagen o comportamiento, algunas personas pueden sentir que deben actuar de manera diferente a su auténtico yo para encajar.
Esto puede ser especialmente cierto en contextos como la escuela, el trabajo o las redes sociales, donde las normas de grupo influyen fuertemente en el comportamiento individual.
El miedo al rechazo también juega un papel fundamental. Muchas personas temen ser juzgadas o rechazadas si se muestran como realmente son. Para evitar el dolor emocional asociado al rechazo, optan por proyectar una imagen que creen que será más aceptada por los demás, lo que puede llevar a una desconexión entre su verdadero ser y la persona que muestran al mundo.
La inseguridad personal es otra motivación. Aquellos que carecen de confianza en sí mismos pueden sentir que necesitan crear una fachada para ser percibidos como fuertes, competentes o exitosos.
Esta falsa personalidad les permite ocultar sus vulnerabilidades, aunque a menudo a expensas de su autenticidad y bienestar emocional. A veces, las experiencias pasadas, como el trauma o la crítica, pueden llevar a las personas a desarrollar una falsa personalidad como mecanismo de defensa.
Si han sido constantemente criticadas o menospreciadas, pueden sentir que ser auténticos les hará vulnerables a más dolor. En su lugar, construyen una versión de sí mismos que consideran más “aceptable” o “segura”.
La influencia de los medios
La influencia de modelos sociales y culturales también puede contribuir. Los medios de comunicación, las celebridades y las figuras públicas a menudo representan ideales de belleza, éxito o comportamiento que muchas personas intentan emular.
Esto puede crear una presión para conformarse a esos estándares, llevando a la creación de una falsa personalidad que se alinea con lo que se percibe como “deseable”. Finalmente, el deseo de controlar la percepción de los demás es una motivación poderosa.
Algunas personas pueden sentir que, al presentar una versión editada de sí mismas, pueden influir en cómo los demás las ven y cómo interactúan con ellas. Este control sobre la percepción puede ofrecer una sensación de poder, pero a menudo se traduce en relaciones superficiales y falta de autenticidad.
En resumen, la motivación para tener una falsa personalidad puede surgir del deseo de aceptación, miedo al rechazo, inseguridad personal, experiencias pasadas dolorosas, influencia cultural y el deseo de controlar la percepción de los demás. Aunque estas razones pueden ofrecer una sensación temporal de seguridad, a largo plazo suelen llevar a la insatisfacción y la desconexión emocional.